En sólo cuestión de minutos el parlamento griego aprobó el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, convirtiéndose en el primer país cristiano ortodoxo en legislar en esta materia.
Además, se convirtió en el país número 37 del mundo en aprobar esta medida.
Por 176 votos a favor, 76 en contra y 44 abstenciones, el parlamento aprobó el proyecto de ley elaborado por el Gobierno Conservador liderado por el primer ministro Kyriakos Mitsotakis.
«Hoy es un día para estar alegre, porque a partir de mañana se elimina otra barrera entre nosotros, para crear un puente de convivencia en un Estado libre, con ciudadanos libres», señaló Mitsotaki.
El proyecto concede el derecho a la adopción, pero impide a las parejas homosexuales ser padres a través de un vientre de alquiler.
Pese a la influyente resistencia de la Iglesia Ortodoxa, las marchas apoyadas por la comunidad LGTBIQ+ encabezó las marchas en apoyo a la iniciativa.