El afectado señala haber firmado un documento para la instalación de alcantarillado con la empresa del vital elemento, hace más de 5 años. Dice que aún no le responden.
Don Luis Alberto Cárdenas, 46 años, es artesano, escultor de madera y diseñador de muebles. Su trabajo no es muy bien remunerado, pero le permite vivir. Pertenece a la junta de vecinos del sector de Caupolicán Alto.
Tiene su casa y un contrato con la Empresa de Servicios Sanitarios de Los Lagos S.A., alias Essal, para la instalación de su unión domiciliaria y la conexión a la red de alcantarillado (en el fondo, conectar la vivienda al sistema) que, según él, aún no se cumple y en el que le han tramitado por casi media década.
Con mucha rabia ocultada tras sus expresivos ojos, nos cuenta: “Nos costó un mundo conseguir nuestras casitas. Cuando hicimos las casas, nos pusimos las pilas y pusimos agua, con mucho esfuerzo. Por suerte eso está funcionando. Pero cuando quise instalar el alcantarillado, conseguí un subsidio pactado a 60 cuotas y que les fue otorgado a todas las personas que querían solucionar el mismo problema, en esa población.”
Después de un tiempo, la conexión de las casas se llevó a cabo según los contratos respectivos “con la sola excepción de mi casa. Aún no me han conectado. No se ha cumplido el contrato, fui a Essal y me tramitaron, que habían cambiado el jefe, que iban a ir, etc., puras mentiras.”
Efectivamente, el documento, que según estipula es un “Mandato de Autorización de Cargos de Otras Prestaciones” indica que se realizará la conexión y la fecha de firma se lee en su esquina superior derecha: 9 de noviembre de 1999. El plazo fijado para la cancelación de dicho servicio son 60 meses (5 años) y las cuotas son de $ 1.425.-
Y aunque el papel indica que la primera cuota vence en diciembre de 1999, Cárdenas afirma que la instalación no se ha llevado a cabo. Incluso aún tiene un pozo negro para poder satisfacer sus necesidades básicas.
Don Luis nos comenta que “Essal me ha dicho que lo van a hacer y que lo van a hacer y esa chiva la escucho hace 5 años. Quiero una solución, pero ya.”
Una de las dificultades con la ordenación y solución de esta irregularidad, es que la calle ya fue cerrada y para llevar a cabo la labor de conexión, tendrían que abrirla de nuevo, además del hecho de que la matriz principal se encuentra ubicada a casi tres metros de profundidad.
Incluso, él nos explica que alguna vez, cuando fueron los trabajadores de Essal, “sacamos el medidor, con el mismo jefe de la empresa. Ellos pensaban que yo estaba conectado por debajo, pensando incluso que unos latones que yo tenía eran cámaras de alcantarillas.”
A Cárdenas le han sugerido que construya él mismo su sistema de alcantarillado, pero él indica que “si lo hago así, me salen como un millón de pesos de costos, entonces ¿para qué postulamos a ese subsidio, todos los vecinos? Yo insisto en que es Essal quien tiene que solucionarme este problema a mí. Mis papeles están en la municipalidad, para que el abogado se haga cargo de la causa.”
Mientras tanto, Don Luis aún espera que la empresa líquida local se haga cargo de una vez por todas, de un contrato que va para el sexto año de tramitación.