La recuperación económica de Argentina de la crisis causada por la pandemia es «una de las más rápidas del mundo», se muestra convencido el presidente del país, Alberto Fernández. En una entrevista exclusiva con Télam, el mandatario comparte su opinión acerca de los problemas más importantes del mundo pospandemia.
La crisis económica y psicológica
Fernández —que acaba de regresar de la Cumbre del G20 y de la Conferencia Climática de Glasgow— admite que la pandemia afectó a las economías de absolutamente todos los países del mundo. Y en cuanto a la recuperación de esta crisis, «tiene ritmos desiguales» en distintas partes del planeta.
«Nuestra recuperación económica, por ejemplo, debe ser de las más rápidas del mundo. Pero no ha llegado a todos y hay gente que todavía no siente esa mejora», subraya el presidente, quien agrega que parte de la sociedad argentina todavía sigue »alterada» y «sobreexigida por la pandemia», que también tuvo un enorme impacto psicológico.
El presidente opina que Argentina entró en un período de crecimiento muy rápido y espera que haya un proceso de inversiones «muy vertiginoso». Pero es necesario «pelear mucho contra los agoreros que muestran un futuro negro».
En todo caso, gracias a la caída de los contagios y la recuperación económica gradual, «han renacido las ganas, la confianza y la esperanza en un presente y un futuro mejor». Ahora el mundo no tiene otra opción que seguir adelante, mientras que los políticos tienen que encontrar una manera de reconstruirlo.
La ayuda financiera, el bienestar y los impuestos
Fernández admite que, si bien la pandemia hizo que los países desarrollados comenzaran a ayudar más a los Estados más pobres —principalmente para evitar oleadas migratorias hacia Europa y EE.UU.—, Argentina y otros países de renta media «quedan en una suerte de limbo», aunque contienen el 60% de la pobreza del mundo.
Afortunadamente, Fernández logró convencer al FMI de que su próxima línea de crédito no solo esté destinada a los países más pobres, sino también a los de renta media. «Eso fue un triunfo nuestro», reconoce.
El mandatario argentino admite que todavía no se puede imaginar cómo va a funcionar el sistema impositivo en la pospandemia y cómo van a pagar los impuestos las grandes corporaciones.
«Está claro que el mundo debe tender a un sistema más progresivo en materia impositiva, donde el que menos tiene, menos pague; y el que más tiene, pague más», señala.
Al mismo tiempo, subraya que Argentina ya hizo mucho para «fortalecer el Estado del bienestar»: en particular, consiguió el Aporte Solidario de las Grandes Fortunas y dejó de cobrarle Ganancias a los asalariados, mientras que grandes empresas pagan más impuestos a Ganancias que las pymes. También hizo que los jubilados «no pagaran más sus remedios a hacer que sus ingresos estén peleándole y ganándole a la inflación», mientras que los trabajadores «dejaran de pagar impuesto a las Ganancias». También logró arreglar con los acreedores privados una deuda de 100.000 millones de dólares.
La triste herencia de Macri
Sin duda alguna, el país hizo ciertos avances, pero la dimensión de la crisis «exige mayor esfuerzo y velocidad», pues la pandemia agravó la situación que ya enfrentaba Argentina.
«La Argentina era un enfermo en terapia intensiva y encima se enfermó del COVID en la terapia. Eso fue lo que nos pasó», explica el presidente.
Fernández agrega que el expresidente Mauricio Macri, responsable del enorme endeudamiento del país, afirma que el problema de la deuda se arregla en cinco minutos, y «le cree», pero la principal diferencia entre el expresidente y él es el hecho de que «no quiere aceptar las condiciones» del FMI necesarias para salir de la crisis.
«Porque sé que en lo que firme va a estar la suerte de generaciones de argentinos, no la suerte de mi Gobierno», añade.
Fernández también espera recuperar la caída de 20 puntos del salario real que se sufrió durante la Presidencia de Macri.
América Latina contra el mundo bipolar
El presidente tiene la impresión de que «el mundo está en el debate de una nueva bipolaridad entre Estados Unidos y China», pero cree que América Latina podría convertirse en una superficie de «sobrepeso» en este conflicto político global.
«Nosotros nunca creímos en las bipolaridades, las padecimos. El peronismo creó la Tercera Posición, renegando de la bipolaridad. Con Néstor [Kirchner] apostamos desde el primer día por la multilateralidad, es decir, a abrirnos al mundo y no a dos que mandan», subraya el mandatario.
Fernández recuerda que tras la llegada al poder de Donald Trump —»que hizo mucho daño a América Latina»— optó por desarrollar una política de multilateralidad con Europa y resultó bastante eficaz.
En lo que respecta al presidente actual de EE.UU., Joe Biden, cuenta con el apoyo total de Fernández. «Nadie quiso que gane Biden tanto como yo, aunque en realidad lo que necesitaba era que perdiera Trump», dice.
La pandemia y las elecciones
Fernández recuerda que en 2019, tras conocer el resultado electoral, «dejó de leer los diarios y escuchar las radios». En lugar de esto, se preocupó de «escuchar a la gente» para entender qué realmente necesita y evitar una posible explosión social. Lo aprendió de su homólogo francés Emmanuel Macron, quien iba a las reuniones del movimiento antigubernamental chalecos amarillos «a escuchar y a tomar nota».
«Puedo entender el malestar de la gente, lo que me cuesta comprender es por qué algunos sectores entienden que la causa de ese malestar ha sido el Gobierno», agrega el mandatario latinoamericano.
El presidente recuerda que su partido «nació saliendo a la calle», al igual que el peronismo en general. No obstante, la pandemia «lo dejó en casa, sin el contacto con los otros, con lo colectivo». Pero Fernández no tira la toalla y pide a sus partidarios «su compromiso para ayudar a cumplir muchos de los objetivos en que se fijaron».
Fernández también opina que en los próximos años, es necesario introducir ciertos cambios dentro de la coalición de Gobierno. Si bien subraya que sus miembros no tienen puntos de vista muy distintos, afirma que es necesario «profundizar los debates» e institucionalizar el Frente de Todos. Para él también es muy importante «dejar que la gente exprese».
La política —a la que califica de «el arte de administrar la realidad»— es «la única herramienta que existe para cambiar el mundo», se muestra convencido el mandatario argentino. Tiene muy buenas expectativas, pues «todo indica que nos va a ir mejor».
«Tenemos que poner todo nuestro esfuerzo como Frente para que eso llegue a los que más lo necesitan. Ese es el esfuerzo que tenemos que hacer», declara Fernández, quien añade que para él, es un gran honor ser el presidente de los argentinos, y «no hay mayor honor que uno pueda tener».
«Estoy seguro que cuando deje el Gobierno, en 2023 o cuando sea, voy a dejar una Argentina mejor de la que recibí», concluye.