El candidato a la investidura como presidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont, se reunió en Bélgica con el líder del Parlament, Roger Torrent, para estudiar la manera en que se podría llevar a cabo la toma de mando.
Luego de esta cita, Puigdemont anunció que «hay muchas posibilidades» de que pueda estar físicamente en el pleno de investidura que debe celebrarse antes del 31 de enero.
Agregó además que para Cataluña es muy importante tener un gobierno funcionando lo más pronto posible y que «trabajará sin cansancio» para estar presente en Barcelona el 31 de enero.
Entre sus declaraciones destacó que no se cierra a ningún camino para lograr volver al cargo e hizo un llamado al gobierno central español a «retirar las trabas» que evitan su retorno al territorio. «Pedimos normalidad,rigor y sentido común», señaló.
Mientras sucedía la reunión el presidente de España, Mariano Rajoy fue consultado por los medios de ese país, sobre la situación de Puigdemont. Este último aun no puede ingresar a España sin ser detenido por las autoridades. Ante los micrófonos de la radio Onda Cero Rajoy declaró «es bueno que todo el mundo asuma sus responsabilidades. Ya sabe cuáles son las reglas de juego. España es una democracia y cuando no se respeta la ley, hay consecuencias».
Las advertencias de Rajoy se expresaron en un intento por que el encuentro de los catalanes no se produjese. A través del «artículo 155» de la constitución de ese país el Gobierno central puede tomar medidas contra todas las dependencias de los gobiernos locales. Fue justamente eso lo que hicieron, impidiendo el ingreso de Puigdemont a la sede de la delegación de la Generalitat ante la Unión Europea, lugar donde se reuniría con Torrent inicialmente. El encuentro tuvo que ser trasladado a un centro de convenciones de la capital belga.