En el caso del teniente general Qasem Soleimani, su vida, su paso por su andar terrenal, la actitud con la que enfrentó los desafíos de su sociedad, con todos los desafíos que esto implica, fue la de un verdadero revolucionario.
El asesinado líder -mediante un acto terrorista organizado, dirigido y ejecutado por el gobierno del ex presidente estadounidense Donald Trump según su propia confesión (1)-, fue un hombre dotado de un profundo amor por la vida, que confesó a su hija que él no quería ser militar pero la propia realidad de su patria, los ataques aéreos desde el exterior, forzaron su participación en la defensa sagrada, destacándose como un estratega y una valentía sin par (2). Al mismo tiempo que fue un férreo defensor de la soberanía de su patria, fue también un referente en materia de defensa de la libertad de los pueblos, como lo expresa su labor en El Líbano, con el pueblo palestino, Yemen, Siria e Irak. Un catalizador monumental del avance y desarrollo del eje de la resistencia, convertido hoy en un enemigo formidable contra la alianza entre el imperialismo y el sionismo. Esa confesión a su hija lo demuestra en su amplia dimensión de profundo amor por su patria, por los suyos, por la humanidad.
UN HEYDAR ETERNO
Recuerdo que en una entrevista dada a un medio de la capital iraní, me preguntaron cómo veía el carácter del general Soleimani, teniendo en cuenta que pasó toda su vida luchando contra el imperialismo. Mi consideración sobre el teniente general Soleimani no ha cambiado un ápice, “Soleimani fue un estratega militar brillante, un político audaz, un servidor de su pueblo y de los que defienden su soberanía y buscan la autodeterminación total. Un hombre visionario dedicado, indudablemente, a la causa de la libertad de los pueblos. No solo digo esto por lo que significa su trayectoria en la Revolución Islámica en Irán, sino por todo el recorrido de su vida, con las influencias positivas que sus ideas han dejado en su país y en toda la zona de Asia occidental, que se está expandiendo por todo el planeta” (3).
La declaración del ex presidente estadounidense Donald Trump, reconociendo el crimen terrorista cometido contra el alto funcionario iraní, como también contra Abu Mahdi al Mohandis, comandante de las fuerzas de la resistencia iraquí, Al Hashd al-Shaabi, fueron realizados porque representaban los ideales que más odian el imperialismo y sus socios sionistas y wahabíes: el amor por el ser humano, la valentía, honestidad, entrega, sacrificio, solidaridad internacional. El régimen político y militar de Estados Unidos decidió realizar este acto terrorista porque quería borrar las huellas de un brillante estratega militar, un ser humano empático, dotado de una enorme atracción entre los movimientos de resistencia de Asia occidental, a quienes asesoró y apoyó coordinando planes para luchar contra las potencias hegemónicas. Pero… la muerte física elevó la figura de Soleimani a la altura de lo que es hoy, después de tres años de su asesinato: un ejemplo en la lucha del pueblo de Irán y otros países de la región contra la hegemonía y la arrogancia occidental liderada por Washington, sus socios europeos y títeres regionales como el sionismo y la casa al Saud.
Aquellos que mandataron el asesinato y lo llevaron a cabo, lo hicieron porque creyeron que truncando su vida generarían una situación de olvido, de salida de la lucha que anima a los movimientos, organizaciones y pueblos que conforman el eje de resistencia. Estaban rotundamente equivocados, porque Qassem Soleimani es uno de esos personajes que nunca muere. Después de todo, su legado es imperecedero. Al asesinar al general Soleimani, el ex presidente del régimen estadounidense Donald Trump y su círculo íntimo dominado por los sionistas, buscaban debilitar a Irán y el eje de la resistencia, continuar sometiendo a los regímenes árabes reaccionarios, y, sobre todo, fortalecer el apoyo del lobby sionista con este ataque, facilitando la reelección de Trump. Sin embargo, al final, esto no resultó en la frustración del magnate, quien declaró a los medios del nacionalsionismo, que esperaba un mayor compromiso de sus aliados en Israel. Las palabras precisas fueron: «No puedo hablar de esta historia. Pero me decepcionó mucho el papel que Israel jugó en ese evento. (…) La gente se enterará en el momento adecuado». Estamos en espera de develar esa decepción.
A tres años del martirio del general Soleimani, surge la pregunta respecto a cómo calificar la situación de Estados Unidos en la zona. Los hechos demuestran que Estados Unidos es una potencia en declive, que su hegemonía, cuestionada en la región desde el triunfo de la revolución islámica en Irán desde febrero de 1979, cada día pierde más dominio, y esta tendencia continuará. En los últimos tres años, las respuestas político-militares iraníes han ampliado el campo de acción, en especial la decisión de enviar superpetroleros con recursos energéticos a Venezuela, Siria y El Líbano, mostrando su decisión de concretar el internacionalismo a pesar de todas las presiones y amenazas de la alianza imperialismo-sionismo. Es indudable que el apoyo sostenido a la resistencia, a las fuerzas revolucionarias en países como Yemen, Irak, El Líbano, Siria y el centro de su política exterior como es Palestina, representa una espina clavada en aquellos que creen regir los destinos de los pueblos en base a la fuerza y el crimen.
Los últimos tres años han visto la intensificación de las acciones del eje de la resistencia, que ha obtenido victorias y avances significativos, creando un escenario donde se puede ver, poco a poco, cómo el sionismo –punta de lanza y testaferro de los poderes arrogantes en Asia occidental– va hundiéndose. Una resistencia que se extiende ya, desde la frontera occidental de Irán hasta las costas del levante mediterráneo. Los invasores abandonaron Afganistán por la fuerza en agosto de 2021 y también se ven obligados a abandonar Irak, donde cada día quedan menos tropas tratando de mantener a flote una intervención que nadie apoya. Han tenido que frenar su impulso agresivo en el Golfo Pérsico, donde las fuerzas navales iraníes dominan la región geoestratégica. Hoy las fuerzas de la resistencia en Yemen muestran cada día más su enorme disposición combativa, acometiendo a la yugular militar y económica de la monarquía saudí.
Al asesinar al general Soleimani, Trump y su círculo íntimo buscaron fortalecer el apoyo del lobby sionista y facilitar su candidatura a la reelección. Idea peregrina y estúpida, que simplemente mostró su fracaso. La situación de la correlación de fuerzas todos los días desde enero de 2020 a la fecha es a favor del eje de la resistencia y, sobre todo, a favor de las decisiones tomadas por la defensa soberana de Irán, que se convirtió en un referente en la lucha contra la triada formada por el imperialismo, el sionismo y el wahabismo. Irán ha declarado que la principal venganza ante la muerte del teniente general Soleimani sería ver poco a poco la retirada de Estados Unidos de la región, sin dejar de lado el dar una lección y una represalia necesaria y exigida y así declarada por Seyed Ali Jamenei, quien sostuvo: “una terrible venganza espera a los criminales”, concretada cuatro días después del atentado terrorista. Efectivamente, el día 7 de enero fuerzas del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica –CGRI- lanzaron una docena de misiles contra dos bases del invasor estadounidense en Irak: Ain al-Asad en la provincia de Al-Anbar. Igualmente, la División Aeroespacial del CGRI de Irán atacó, una base en Erbil, capital de la región del Kurdistán iraquí, también en poder de los norteamericanos.
Una visión que se ha ido concretando y convertido hoy en un hecho tremendamente significativo e histórico, que demuestra la ecuanimidad de la lucha contra estas potencias extranjeras. Señalar que la principal venganza a realizar por el crimen cometido contra Irán y el mundo de la resistencia con los asesinatos de Qassem Soleimani y Abu Mahdi al Muhandis, es lograr la salida de las tropas de Estados Unidos de Asia occidental -así como las de sus aliados británicos-. Esto indica la retirada de Afganistán, Irak, Siria y, finalmente, de todos aquellos países cuyos gobiernos han servido como aliados, dando cobijo a Estados Unidos. bases militares y navales, permitiendo la presencia de tropas, que suelen servir para reprimir a sus poblaciones que se encuentran sometidas a regímenes monárquicos totalitarios, convirtiéndose, además, en punto de partida para agresiones contra otros países.
LATINOAMÉRICA
Desde Latinoamérica nos preguntamos ¿Cuál ha sido la influencia del general Soleimani en nuestro continente, a pesar de la férrea barrera mediática, política e ideológica que muestra a los poderes de la arrogancia y la hegemonía como los paladines de la libertad? El asesinato del general Qasem Soleimani permitió visualizar la enorme influencia que ejerció su liderazgo político y militar, no solo en Asia occidental sino también en los movimientos políticos de América Latina que se oponen a Estados Unidos, léase Cuba, Nicaragua, Venezuela, como también en potencias como Brasil y México, que cada día muestran más independencia de los dictados de Washington. Soleimani tenía una personalidad política y militar popular tanto en Irán como en el extranjero y fue una figura clave para la influencia positiva que la nación persa tiene en el mundo de hoy.
La opinión de Qasem Soleimani sobre los poderes negativos que inciden en nuestros pueblos refleja los objetivos de liberación, lo que sin duda pone a nuestros pueblos en las trincheras de los enemigos del imperialismo y sus socios en el continente, donde también tiene raíces el sionismo. Desde el punto de vista mediático, no es casualidad que tras el asesinato de Soleimani, la casta política, militar y mediática en América Latina, ordenada por Estados Unidos, iniciara una campaña aplaudiendo el asesinato de este héroe popular.
Traigo a colación lo sostenido por el diario ultrarreaccionario The Wall Street Journal, a través de su campo editorial, quien sostuvo en forma vil: “Si el fin de Soleimani es el comienzo de una política norteamericana más musculosa hacia Teherán, es una buena noticia para América Latina” (4), una señal de la esperanza que tenían de menoscabar los valores y la importancia de Soleimani en América Latina y el papel referencial de Soleimani en la lucha de los pueblos por su liberación. Entre los latinoamericanos, muchos movimientos y organizaciones creen en la lucha de los pueblos por su libertad. Entre quienes ven a Estados Unidos y a sus aliados como enemigos de su pueblo, la muerte de Qasem Soleimani marcó un referente fundamental y crucial, al perder a una figura distinguida, referencial, que no se veía desde el asesinato del comandante Ernesto Che Guevara.
Soleimani se ha convertido en un ejemplo en la lucha del pueblo contra la hegemonía. Su pérdida fue sin duda una tragedia, pero también el punto de partida del triunfo sobre las potencias hegemónicas, y la tríada criminal formada por el imperialismo y sus perros de pelea como el sionismo y el wahabismo. En este marco, sin duda el asesinato de Soleimani fue un momento de profunda tristeza, dolor y angustia. En general, suelen haber momentos de retroceso en nuestras lucha por derrotar a quienes quieren hacer del mundo su campo de operaciones político-financieras y apuntan al dominio militar, el sometimiento y la colonización. La reacción inicial de dolor se ha transformado con el tiempo en un ejemplo a seguir, un catalizador, un referente vital y una señal de triunfo.
La muerte física de Qasem Soleimani despertó la indignación de las fuerzas de la resistencia y elevó el espíritu de lucha en toda Asia occidental, demostró que las fuerzas de la arrogancia y la hegemonía temen a Irán y permite ver avances significativos en la disminución del poder estadounidense en la región de Asia occidental, con ejemplos evidentes: Su retirada de Afganistán. Su claro y medible declive en Irak y su pérdida de influencia incluso en aquellos grupos que solían guiarse por las políticas agresivas de Washington. Sus derrotas directas e indirectas en la agresión contra Siria, Líbano y Palestina, a manos de fuerzas de resistencia cada vez más poderosas.
El temor frente a las crecientes y progresivas alianzas políticas, militares y económicas entre Irán, la Federación de Rusia y la República Popular China, lo que hace que su temor intensifique y haga aún más visible su política de desestabilización a través de una guerra híbrida que no duda en atentar contra mezquitas, instalaciones gubernamentales y llevar adelante procesos de «revolución de colores», como los que experimentó Irán bajo al excusa de la muerte de una joven –Mahsa Amini–, que sirvió para poner en operación toda la batería de instrumentos militares –uso de terroristas– guerra mediática, intensificación de la política de sanciones, censura a medio de comunicación y una política cada día más criminal, que ha mostrado su fracaso, no sólo por el ejemplo de lucha representado por el asesinado teniente general Soleimani y que el pueblo iraní ha levantado como estandarte férreo.
Qasem Soleimani sigue presente bajo la imposibilidad de poder disuadir las decisiones de Irán de apoyar los movimientos de resistencia en Asia Occidental, y sus esfuerzos para apoyar efectivamente a naciones como Venezuela, a miles de kilómetros de su frontera. La nula participación de Washington en la resolución de conflictos regionales donde participan otras potencias como Irán y Rusia, por ejemplo, en el Cáucaso Sur, en las negociaciones para la consecución de la paz en Siria, o el Plan Integral de Acción Conjunta –JCPOA, por sus siglas en inglés– donde Irán ha determinado la agenda de trabajo y a la par de abrir la puerta de acuerdos, no ha dejado de llevar adelante su propia agenda de política exterior. El avance sostenido y concreto de las potencias regionales y mundiales de la Federación Rusa y China y el papel cada vez más relevante de Irán en lo que fue dominio del imperialismo y sus aliados.
Por Pablo Jofré Leal
Artículo para Hispantv
Permitida su reproducción citando la fuente
1.-«Mi principal labor como presidente es la defensa de la Nación y los ciudadanos y satisfactoriamente se ejecutó un ataque preciso bajo mis instrucciones que mató al terrorista Qasem Soleimani», dijo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El mandatario aseguró que «tomamos acción anoche para detener una guerra, no para iniciar una guerra». Trump afirmó que su país tiene la mejor milicia del mundo y la mejor inteligencia. «Si los estadounidenses son amenazados, estoy preparado para tomar cualquier acción necesaria, me refiero particularmente a Irán». https://www.youtube.com/watch?v=dUdxfyRAmFs
2.-https://www.hispantv.com/noticias/politica/558192/lider-qasen-soleimani-sacrificio-naciones
3.-https://www.hispantv.com/noticias/politica/558192/lider-qasen-soleimani-sacrificio-naciones
4.-https://www.infobae.com/america/america-latina/2020/01/13/el-terror-de-soleimani-en-america-latina/