¿Qué patentó Marconi en 1897 ?

Hubo más de una solicitud de patente en esa década, pero fue la de Marconi la que logró prosperar

Daniel Carpinteyro

02/06/2023 11:04am

Hoy se cumplen 126 años del registro de la patente británica 12,039: «Mejoras en la transmisión eléctrica de impulsos y señales, y Aparato consecuente». Algo así como un telégrafo inalámbrico.

El promotor de la patente no era otro que el aristócrata boloñés Gugliermo Marconi (1874-1937), quien había viajado desde Italia a Londres con el propósito expreso de encontrar para su aparato un impulso que no encontró en su país de origen.

Se trataba de un receptor o cohesador a tubo que se conectaba a la tierra y a una antena elevada y sincronizaba entre sí los circuitos receptores y transmisores. Esta fue la primera de 800 patentes que la compañía de Marconi registraría a lo largo de varias décadas.

Lo novedoso de este sistema residía en que no era necesario que los dos transmisores-receptores de señales estuvieran conectados entre sí por un cable. Hoy, en la época del Bluetooth, de la señal de internet por haz lumínico (li-fi), del 5G, llamar «novedad» a lo que se acaba de describir puede parecer de risa loca; sin embargo, en 1897 era el estado del arte y posibilitaría trascendentales innovaciones técnicas que acrecentarían la velocidad en que los seres humanos podrían comunicarse a distancia.

También lee: Nuevo proyecto ofrece tecnología de escaneo del iris para acceder a criptomoneda gratuita

Por cierto que Marconi, aunque un inventor sagaz que registró la patente que nos ocupa a la edad de 23 años, no fue el primero en concebir un sistema de radiocomunicación. Nicola Tesla había patentado en 1891 su bobina resonante, se había percatado de que siempre y cuando sintetizara las frecuencias, podía mandar y transmitir señales. Y a pesar de que en 1895 Tesla ya se aprestaba a hacer una primera prueba de transmisión a 80 kilómetros, un incendio calcinó la mayor parte de sus implementos.

Cuando otro científico comentó a Tesla que «Parecía que Marconi lo estaba saltando», Nicola respondió. «Dejémosle en paz. Marconi es un buen tipo y está empleando 17 de mis patentes».

Patente concedida. ¡Hola inversores!

La patente británica 12, 039 fue concedida en 1920 a Marconi: el telégrafo era suyo. Continuó haciendo pruebas de transmisión, cada vez a mayores distancias. Las proporciones de la prueba-error favorecían el avance acelerado de la funcionalidad del aparato. En ellas, Marconi identificaba factores importantes, como el que las transmisiones llegaban más lejos de noche, dado que las ondas medias y largas suelen recorrer hasta el doble de distancia que de día.

Y entonces llegó el momento de poder a trabajar los aparatos e invocar ganancias financieras. En 1901, la compañía Marconi instaló el primer telégrafo en un navío comercial inglés. En la misma década se instalaron oficinas de telégrafos en Canadá y Gran Bretaña. Los faros en islas remotas también fueron equipados con telégrafos, incrementando exponencialmente su funcionalidad.

El Titanic, por contar con un aparato telegráfico, pudo comunicarse con un el RMS Carpathia, un navío que se encontraba a 58 kilómetros cuando el Titanic comenzó a hundirse. Gracias a esta sincronización, algunas vidas pudieron salvarse en el caos de aquella histórica catástrofe.

Marconi, el político, el Nóbel, el fascista

El científico empresario fue nombrado Caballero Honorario de la Gran Cruz de la Orden Real en el Reino Unido. Además, recibió en 1909 el Premio Nobel de Físca junto al profesor Carl Ferdinand Braun, quien desarrolló un tubo de rayos catódicos conocido como osciloscopio. Fue entonces cuando Nicola Tesla consideró presentar una demanda contra Marconi por infracción de patentes, aunque su falta de liquidez se lo impidió.

Durante la existencia del Partido Fascista Italiano, Marconui fue un miembro activo, convencido y abierto. Cuando llegó al poder, Mussolini le confirió un alto grado castrense y encomendó la supervisión de los sistemas de radiocomunicación del ejército italiano. Además, lo hizo presidente de la Academia Real de Italia, de la que Marconi expurgó concienzudamente a todos los miembros judíos.