Red de mujeres de pueblos originarios fortalecen defensa de los espacios costeros ancestrales en Chile

Mujeres de los pueblos Diaguita, Chango, Mapuche-Lafkenche, Mapuche-Williche, Kawésqar y Yagán, se reunieron del 28 al 31 de marzo para dialogar y definir propuestas colectivas que fortalezcan la gobernanza del mar y la defensa de los Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios (ECMPO).

Red de mujeres de pueblos originarios fortalecen defensa de los espacios costeros ancestrales en Chile

Autor: El Ciudadano

Mujeres de pueblos originarios unen fuerzas para defender el mar: «¡Que ninguna mujer siga en la lucha sola!»

Fotografías. Créditos correspondiente: Red de mujeres originarias por la defensa del mar | fotógrafa: Gracie Escorza P.

Mujeres de los pueblos Diaguita, Chango, Mapuche-Lafkenche, Mapuche-Williche, Kawésqar y Yagán se reunieron del 28 al 31 de marzo en la Península de Huequi (Región de Los Lagos) para fortalecer la defensa de los Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios (ECMPO). En su tercer encuentro nacional, la Red de Mujeres Originarias por la Defensa del Mar (RDM) sumó cuatro nuevos territorios, consolidando su lucha desde el desierto hasta la zona austral. Denunciaron la sobreexplotación marina, la privatización de los bienes comunes y los impactos de industrias como la minería y la salmonicultura.

La RDM rechazó cualquier modificación a la Ley 20.249, que protege los derechos ancestrales sobre el mar, y destacó su reconocimiento por la ONU como modelo de conservación inclusiva. Exigieron al Estado la implementación del Acuerdo de Escazú para garantizar seguridad frente a la violencia y racismo que enfrentan, además de justicia por la desaparición de la defensora Julia Chuñil.

Reafirmaron su compromiso con la soberanía alimentaria, la revitalización de saberes ancestrales y la participación activa de las mujeres en la gobernanza marina. El encuentro culminó con la Declaración de Buill, un llamado a la unidad: «¡Que ninguna mujer siga en la lucha sola!».

Invitamos a leer el comunicado completo para más detalles.

“Una Red que crece y se fortalece desde el desierto costero a la zona austral por la defensa del Mar

En el corazón de la Península de Huequi, (Chaitén, Región de Los Lagos) donde la cordillera se une con el mar, mujeres de los pueblos Diaguita, Chango, Mapuche-Lafkenche, Mapuche-Williche, Kawésqar y Yagán, nos reunimos el 28 al 31 de marzo para dialogar y definir propuestas colectivas que fortalezcan la gobernanza del mar y la defensa de los Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios (ECMPO).

Rodeadas de alerces, delfines y el sonido de la lluvia y el mar, llevamos a cabo nuestro Tercer Encuentro Nacional de la Red de Mujeres Originarias por la Defensa del MAR (RDM). Este encuentro marca un hito en el crecimiento y fortalecimiento de nuestra lucha, al sumarse a la Red cuatro nuevos territorios: San Juan de la Costa, Chañaral de Aceituno, Punta Lobos y Bahía Mejillones. Hoy la RDM la conformamos mujeres de once territorios y cinco pueblos originarios que luchan por la defensa del mar. 

En este contexto, alzamos nuestra voz para denunciar la grave situación que afecta al mar a lo largo de todo el territorio de Chile: La alarmante desaparición de las especies marinas, la inequitativa distribución de bienes comunes pesqueros y el uso del mar para fines privados y beneficio de la industria extractivista — las mineras en el norte y las salmoneras en el sur.

Desde el desierto a la zona austral reiteramos de manera colectiva que la Ley 20.249 protege y asegura que el mar, fuente de memoria, salud y soberanía alimentaria para nuestros pueblos, permanezca libre y accesible para las futuras generaciones. 

“Esta ley [20.249] abren nuevos caminos para luchar contra la discriminación y permitirnos abrazar con orgullo nuestros saberes, prácticas y oficios”— Integrante de la RDM

Por tanto, manifestamos nuestro rechazo ante cualquier intento de modificar la Ley 20.249, y reafirmamos nuestro compromiso de defender la integridad de nuestros derechos. Reiteramos la sentencia del Tribunal Constitucional del 9 de enero de 2025 que hace un llamado a garantizar la no regresión de nuestros derechos y la importancia de la participación de los pueblos originarios en todas las decisiones que nos afecten. Junto a esto, destacamos el reconocimiento de los ECMPO como un modelo ejemplar de conservación marina y gobernanza oceánica inclusiva, según el Informe de Naciones Unidas sobre Océanos y Derechos Humanos. 

Seguiremos trabajando para demostrar ese carácter inclusivo y respetuoso los ECMPO y hacer frente a la desinformación y discursos de odio que busca tergiversar esta realidad, sembrar la desconfianza y fragmentar nuestros territorios. Esta situación ha generado una escalada de confrontación, racismo y violencia, poniendo en peligro a quienes defendemos nuestros territorios costeros, incluyendo a nuestras familias y comunidades. Ante esto, pedimos al Estado la implementación efectiva del Acuerdo de Escazú en los ECMPO, brindando información oportuna, alertas tempranas y mecanismos de protección que garanticen entornos seguros para todas las personas.

“Exigimos justicia y una investigación exhaustiva e inmediata ante la dolorosa desaparición de nuestra hermana Julia Chuñil” —RDM

Como Red, reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando por fortalecer y amplificar la voz, participación e incidencia de las mujeres originarias. Seguiremos creando espacios inclusivos de formación que fortalezcan el empoderamiento de nuestras compañeras, enriqueciendo los debates sobre conservación marina con nuestros conocimientos ancestrales y una visión del territorio más allá de lo productivo, y trabajando por la recuperación y revitalización de nuestros saberes, prácticas y oficios tradicionales.

“¡Hoy no se habla de defensa del mar ni de Espacios Costeros Marinos en Chile sin la participación y reconocimiento al aporte de las mujeres!” — Integrante de la RDM

Resultado de nuestro encuentro, redactamos  la declaración de Buill, manifestando nuestro compromiso por seguir avanzando  en la garantía de nuestros derechos como mujeres originarias y pueblos de mar, así como en la protección de nuestros espacios costero-marinos, fundamentales para la conservación de la biodiversidad y la vida de nuestros pueblos y la ciudadanía en general.

Con gran fuerza en nuestra declaración reiteramos un mensaje claro y contundente: 

«¡Que ninguna mujer siga en la lucha sola!»


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