Este martes 10 de agosto se registró por segunda vez en cuatro días una serie de enfrentamientos entre la Policía tailandesa y un grupo de manifestantes opositores al Gobierno que tomó las calles de Bangkok para mostrar su descontento por la gestión de la pandemia que ha hecho el primer ministro del país, Prayuth Chan-ocha, así como por la falta de avances en las reformas políticas esperadas, recoge Reuters.
Los enfrentamientos estallaron después de que elementos de la Policía antidisturbios intentaran dispersar a miles de manifestantes que salieron en vehículos y motocicletas para protestar frente a varios edificios ocupados por miembros del Gabinete del primer ministro o por sus partidarios, para pedir la dimisión del político y de sus colaboradores.
Durante la confrontación, los oficiales dispararon hacia la multitud con gases lacrimógenos, cañones de agua y balas de goma, ante lo cual los manifestantes se defendieron con piedras, barras de acero afiladas, grandes petardos, y artefactos explosivos improvisados. Del mismo modo, dos casetas de Policía fueron incendiadas.
Producto de las hostilidades, hasta el momento las autoridades de Tailandia han reportado al menos seis oficiales lesionados, uno de ellos con una herida de bala en la pierna y otros tres alcanzados por la metralla de una bomba casera, mientras que el número de civiles heridos se desconoce. Asimismo, se ha informado sobre la detención de varios participantes de las protestas.
De acuerdo con los reportes, las protestas ponen de manifiesto el descontento popular ante el manejo de la pandemia de coronavirus por parte del Gobierno y el abuso de su poder para silenciar a los críticos. Asimismo, buscan impulsar un cambio político estructural que contempla la dimisión de Prayuth Chan-ocha, una nueva Constitución y una reforma fundamental de la monarquía en el país.
«El Gobierno carece de capacidad para gestionar el país y solo ve los intereses de la élite […] Si la situación sigue así, podemos esperar que el país se enfrente a un desastre insuperable», apuntó Benja Apan, activista estudiantil, mientras leía un manifiesto desde lo alto de un camión en un distrito comercial de la capital tailandesa.
Fuente: RT.