La Administración Biden está desarrollando planes para reformar el Consejo de Seguridad de la ONU, informa The Washington Post con referencia a sus fuentes anónimas. De acuerdo con el periódico, la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, está realizando consultas a diplomáticos de los 193 Estados miembros de esta organización para solicitar comentarios sobre una posible expansión del Consejo de Seguridad antes de que se celebre su siguiente reunión anual de líderes mundiales en Nueva York este otoño.
Las fuentes del medio indican que la propuesta de EE. UU. prevé la adición de unos seis puestos permanentes en el Consejo, pero sin otorgar a estos Estados el poder de veto, para «abordar la frustración generalizada con los miembros actuales del Consejo y su incapacidad para detener los conflictos globales, particularmente la guerra en Ucrania». Esa posición asegura que, si se logra la reforma, otorgaría a otros países la influencia que da disponer de puestos permanentes en el Consejo sin diluir el poder de veto de los miembros actuales.
Desde la creación de la ONU, solo los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad —EE. UU., Francia, Reino Unido, China y la Unión Soviética (y ahora Rusia)— han ejercido el poder de veto en temas de guerra y paz.
Un alto funcionario estadounidense, quien habló con el periódico bajo condición de anonimato, dijo que la misión, encabezada por Thomas-Greenfield, está tratando de «forjar cierto consenso sobre una propuesta sensata y creíble que en realidad podría tener éxito y lograr la reforma». Otras fuentes estadounidenses han vinculado este esfuerzo a un intento más amplio de modernizar lo que ven como organismos globales difíciles de manejar, incluidas instituciones financieras como el Banco Mundial.
El medio subraya que la intención de EE. UU. de reformar el Consejo de Seguridad de la ONU ha surgido en un momento en el que el conflicto en Ucrania, «junto con los crecientes desafíos de Rusia y China, ilustra la naturaleza cambiante de los lazos de EE. UU. con el mundo en desarrollo». «Si bien Biden se ha jactado de construir una coalición occidental que impuso sanciones a Rusia y canalizó armas a Ucrania, algunas naciones, incluidas Brasil, India y Sudáfrica, han mantenido vínculos económicos o militares con Moscú, y muchas naciones en desarrollo más pequeñas se han mantenido en el banquillo», concluye.
- En septiembre pasado, durante su discurso ante la 77.ª Asamblea General de la ONU, Biden declaró que «ha llegado el momento de que esta institución sea más inclusiva» e indicó que «EE. UU. apoya el aumento del número de representantes permanentes y no permanentes del Consejo».
- Tras el inicio de la operación especial militar rusa en Ucrania, EE. UU. ya propuso suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Como resultado, la Asamblea General de la ONU votó a favor de esta suspensión: la resolución fue aprobada con los votos a favor de 93 países, 24 en contra y 58 abstenciones.
Fuente: RT.
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