Rodrigo Londoño alias Timochenko: «Es importante impedir que nos vayan a sabotear las próximas elecciones, que pareciera que está como la idea en el Gobierno colombiano»

El líder colombiano advierte que el gobierno de su país puede usar las protestas como excusa para dilatar el proceso electoral y asegura que los comicios son la oportunidad de reconciliar y construir un país en paz

Rodrigo Londoño alias Timochenko: «Es importante impedir que nos vayan a sabotear las próximas elecciones, que pareciera que está como la idea en el Gobierno colombiano»

Autor: Sofia Belandria

El último líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, alias Timochenko, se refirió en entrevista exclusiva a la actual situación de su país, el reconocimiento de los secuestros de parte de la guerrilla y la muerte de Jesús Santrich.

Según Timochenko, el Gobierno de Colombia está incitando a la violencia y generando una situación de conflictividad que hace pensar que su objetivo es sabotear las elecciones presidenciales de 2022.

«Es importante impedir que nos vayan a sabotear las próximas elecciones, que pareciera que está como la idea en el Gobierno colombiano», dijo el exguerrillero a esta agencia.

Consultado respecto por qué considera que el Gobierno pretende «sabotear» las elecciones, Timochenko respondió: «Porque están generando una situación de conflictividad en la sociedad colombiana con la represión, con ‘falsos positivos’ (ejecuciones de civiles presentadas como resultado de combates), con incitación a la violencia de parte del mismo Estado, con la estigmatización a la gente; antes el guerrillero era el enemigo interno, el enemigo que había que destruir, ahora el manifestante que está en la calle es el vándalo».

«Está la preocupación en distintos sectores de la sociedad colombiana, que yo comparto, de que el Gobierno aproveche la coyuntura, que está dilatando, porque dilata y dilata las negociaciones y entonces aumenta la violencia y puede ser la disculpa para decretar la conmoción interior, lo que puede generar una situación muy especial y particular y peligrosa en la sociedad colombiana», afirmó el exguerrillero.

Para el actual presidente del partido Comunes, nacido en 2017 tras la disolución de las FARC, las movilizaciones son «la expresión del desespero de la gente», pero también la esperanza de un futuro mejor para el país.

«Hay una ilusión de que podemos construir un camino, primero que todo para reconciliarnos y comenzar a construir una Colombia distinta, en paz, la Colombia que soñamos, que sea más igualitaria, más equitativa», expresó.

Colombia cumplió un mes de un paro nacional que comenzó en rechazo a la radicación en el Congreso de una polémica reforma fiscal impulsada por el Gobierno, que retiró días después a causa de la presión social.

Al menos 50 personas han muerto durante las protestas, la mayoría a manos de efectivos de la fuerza pública, y casi 600 fueron heridas, de las cuales al menos 37 sufrieron lesiones oculares por disparos efectuados por la policía, según denuncias de organizaciones defensoras de derechos humanos.

Además, se detuvo de manera arbitraria al menos a 1.430 personas y se cometió violencia sexual contra 21 mujeres.Ante tales abusos, la Organización de las Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos, la Unión Europea y organizaciones de derechos humanos, entre otros, han denunciado ante la comunidad internacional un uso desproporcionado de la fuerza por parte de la Policía de Colombia.

El pecado de los secuestros

Timochenko habló también de los secuestros cometidos por las FARC durante el conflicto armado, y el reconocimiento de esta práctica que hicieron recientemente quienes lideraron la guerrilla en los últimos años.

Según el exguerrillero, los secuestros fueron uno de los «pecados» más graves que cometieron las FARC, porque contradijeron la propia ética de la organización.

«Es un daño que es imposible… destruimos familias enteras, porque ahí se afectaba no solamente la persona que estaba secuestrada, sino todo su entorno familiar, y creo que eso es uno de los pecados, por darle un nombre, más graves de los que cometimos en el desarrollo de esta lucha», reconoció Timochenko.

El presidente de Comunes explicó que desde su origen, en 1964, «las banderas de las FARC eran las banderas de la igualdad», de buscar una sociedad más justa y equitativa, «que tenga en el centro al ser humano».

«Y eso implica una ética. Pero el secuestro, que lo hicimos inicialmente creyendo que era algo que estaba bien hecho, buscando las finanzas para ese proyecto, hoy en día uno dice que fue una equivocación que va en contra de la misma ética que nos impulsó a nosotros a sacrificarnos en esta lucha y a todos los que dejaron su vida en el camino», admitió.

«Fue una gran equivocación, que la estamos reconociendo y que estamos tratando de retribuir a la sociedad colombiana hasta donde más podamos», agregó.

Timochenko valoró positivamente la posibilidad de diálogo con las víctimas de secuestros y otros crímenes cometidos por las FARC, y destacó la «buena actitud» que prevalece entre quienes alguna vez estuvieron cautivos de la guerrilla, o sus familiares, respecto al intercambio con sus captores.

«Hay de todo, porque es bastante complejo (pero), en general, hay una buena actitud, y más cuando se interactúa, cuando podemos conversar y escuchar, y escuchamos y nos escuchan también. Porque no se trata de que se conviertan a las ideas nuestras, se trata de hacer esfuerzos para reconciliarnos, porque no podemos seguir con las heridas abiertas, tenemos que sanarlas», expresó.

En septiembre de 2020, quienes integraban el Secretariado de las FARC antes de su disolución, reconocieron por primera vez de forma oficial que habían recurrido al secuestro durante los años de la guerrilla.

Ese reconocimiento fue ratificado el pasado 30 de abril ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el tribunal creado tras los acuerdos de paz, para juzgar las violaciones a los derechos humanos cometidas durante el conflicto armado, tanto por parte de la guerrilla, como parte de actores estatales y paraestatales.

El 28 de enero de este año, la JEP había imputado a la guerrilla por este y otros delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra, cometidos en el marco del conflicto.

Sin pena ni gloria

El 17 de mayo pasado, el exintegrante de las FARC, Jesús Santrich, quien formaba parte de la Segunda Marquetalia, una de las disidencias de la disuelta guerrilla, fue abatido en territorio venezolano, presuntamente a manos del ejército de Colombia.

Según Timochenko, Santrich podría estar aportando al proceso de paz, pero murió «sin pena ni gloria»,»Santrich aquí estaría contribuyendo mucho en este proceso, con su capacidad, su carisma, su forma de ser, su actuación. Pero desafortunadamente hizo lo que hizo y terminó como terminó», lamentó el exguerrillero.

Timochenko agregó que por casos como este, «hay que pelear por la implementación (de los acuerdos de paz)», para evitar que otros exguerrilleros que hoy forman parte de las disidencias de las FARC, «fruto del desespero, no vayan a tomar ese camino, porque los lleva a terminar como terminó Santrich, sin pena ni gloria».

«Fue muy triste, muy duro. Hicieron mucho daño al proceso, le han servido en bandeja de plata a la derecha la posibilidad de hacerle daño al proceso. Pero es muy triste que haya terminado así, porque de todas maneras fue un compañero que estuvo con nosotros también sacrificándose, acompañándonos en la misma lucha, con los mismos objetivos y que hizo una buena contribución en el desarrollo de la elaboración de los acuerdos», recordó.

Timochenko fue el tercer y último comandante en jefe de las FARC, cargo que asumió en 2011, tras el fallecimiento de Guillermo León Sáenz, alias Alfonso Cano.

Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda, fue el primer comandante en jefe de la guerrilla.Timochenko lideró los diálogos de paz que se desarrollaron desde octubre de 2012 en La Habana, entre las FARC y el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018), que derivaron en el acuerdo de paz de 2016.

Cortesía de Rafael Rey Sputnik


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