El Ministerio de Exteriores de China aseguró que envió a Japón tres cuestionarios conjuntos con Rusia que ponen en tela de juicio el plan de Tokio para arrojar agua radiactiva al mar.
«China y Rusia, basándose en la avanzada práctica internacional en materia de ciencia y tecnología, así como la seguridad nuclear, enviaron a Japón tres cuestionarios conjuntos sobre problemas técnicos que ponen en entredicho el plan de vertido de agua [radiactiva] al mar», señaló la institución en un comunicado.
El 7 de agosto, el ministro portavoz del Gobierno japonés, Hirokazu Matsuno, reiteró en una rueda de prensa que su país no cambió sus planes de verter agua radiactiva de la central nuclear accidentada de Fukushima al mar, lo que podría producirse a finales de este mes o principios de septiembre.
La Cancillería china enfatizó que desde un principio expresó a Japón sus preocupaciones argumentadas con datos científicos.
«China contacta con Japón por los canales bilaterales y multilaterales y expuso en reiteradas ocasiones el punto de vista e inquietudes de sus instituciones especializadas», subrayó.
Según varios medios nipones, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, al parecer aprobará la fecha concreta del vertido del agua radiactiva tras concluir su visita a Estados Unidos, donde el 18 de agosto prevé reunirse con los presidentes del país norteamericano y de Corea del Sur.
Inicialmente Japón planificaba arrojar en la primavera boreal el agua depurada pero con tritio radiactivo a un kilómetro de la accidentada central de Fukushima. Sin embargo, pospuso la operación para el verano boreal debido a las demoras por el maltiempo y otras condiciones.
El 11 de marzo de 2011, varios reactores de la central nuclear de Fukushima, operada por la empresa TEPCO, explotaron al quedar fuera de servicio el sistema de refrigeración debido a un terremoto de magnitud 9,0 y un tsunami.
Toneladas de agua que se usaron para enfriar los reactores se almacenan actualmente en unos 1.000 tanques gigantescos de la planta. Japón afirma que el agua vertida tendrá un nivel de radiactividad por debajo del umbral fijado por la Organización Mundial de la Salud, y no supondría un peligro para la salud humana ni para el medio ambiente.
El plan ha suscitado la preocupación de Rusia, China, las dos Coreas y de los habitantes de los municipios vecinos a Fukushima. Desde China incluso han sugerido a los que creen que el agua de Fukushima es segura que la beban si confían en que es apta para el consumo.
Fuente Sputnik
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