La Junta Nacional de Salud y Bienestar Social de Suecia anunció que sus normas de salud y clasificación de enfermedades de dicho país serán modificadas, con la finalidad de que las personas transgénero y transexuales dejen de ser consideradas como enfermas mentales. Esta decisión está basada en la intención de la Organización Mundial de la Salud de eliminar dicha categorización en los servicios de salud a nivel internacional.
Kristina Brand Persson, titular de la Junta de Salud y Bienestar Social, señaló: “Este es un cambio totalmente razonable. Muchas divisiones y categorías son obsoletas. Para nosotros la decisión es controvertida. Tenemos la tendencia a seguir los cambios realizados por la OMS”, señaló la funcionaria.
A pesar de que esta decisión claramente debiera haberse tomado hace mucho tiempo, no deja de ser un hecho histórico importante para la despatologización de las identidades trans en dicho país.
Antes de esta determinación, las personas transgénero del país eran diagnosticadas con “disforia de género”, este era un requisito para que pudieran ser sometidas a tratamientos hormonales con el fin de alcanzar una armonía entre su identidad de género y su cuerpo.
“La definición de la identidad transgénero como un trastorno mental ha sido mal utilizada para justificar la denegación de atención sanitaria y ha contribuido a la percepción de que las personas trans deben ser tratadas por especialistas en psiquiatría, creando barreras a los servicios de salud”, señaló Geoffrey Reed, profesor de psicología e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Incluso hasta el 2013, la legislación del país especificaba que las personas que desearan cambiar de género debían “carecer de la capacidad de procrear”. Esto significaba que las personas transgénero eran obligadas a someterse a cirugías para garantizar la anticoncepción. La normativa fue derogada luego de que un grupo de 160 persona transgénero presentara una demanda en contra del Estado por dicha práctica médica, al considerar que la misma violaba sus derechos humanos. Finalmente el gobierno de Suecia resolvió que pagaría una indemnización a todos los afectados por la esterilización forzada.
Fuente: Desastre.mx