A días de asumir las riendas del país, la presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro, enfrenta el primer cisma dentro del partido que la llevó al poder en los comicios de noviembre del año pasado: Libertad y Refundación (Libre).
La víspera, Castro convocó a una reunión política para definir quién sería el candidato de la alianza izquierdista para encabezar la junta directiva del Congreso, pero 20 diputados de Libre se ausentaron de ese encuentro. Para la mandataria electa, ese gesto constituye una «traición» al proyecto político que lidera.
La polémica surge porque los 20 diputados de Libre no estaban de acuerdo con que el candidato para presidir el Congreso no saliera de sus filas, sino que fuese Luis Redondo, del Partido Salvador de Honduras (PSH).
La razón de la postulación de Redondo obedece a un acuerdo político previo entre los partidos que apoyaron a Castro. Antes de las elecciones, las fórmulas pactaron que independientemente del número de curules que ganaran, la decisión sobre quién sería el titular del Congreso Nacional recaería en Salvador Nasralla, designado presidencial electo.
Nasralla se decantó por Redondo, perteneciente a su partido, pero la fracción «disidente» de Libre apostó por la postulación de Jorge Cálix, parlamentario de ese partido por el departamento de Francisco Morazán y quien ostenta el título del «diputado más votado de la historia».
Este viernes 21 de enero, la diputada disidente Beatriz Valle presentó la propuesta para la junta directiva provisional del Congreso, con Cálix como presidente, que habría contado con el respaldo de 21 parlamentarios de su partido, 44 del conservador Partido Nacional, 18 de Partido Liberal, uno del Partido Anticorrupción y otro de la Democracia Cristiana.
Cálix asumió la jefatura en medio de los gritos de «traidores» por parte de la bancada de Libre que apostaba por Redondo y los golpes entre parlamentarios, luego de la irrupción en el estrado del diputado Rasel Tomé. En tanto, la mandataria electa de Honduras lanzó un contundente tuit: «Se consumó la traición».
A primera hora de este viernes, la bancada mayoritaria de Libre emitió un comunicado para denunciar que la ausencia de los 20 diputados en la reunión con Castro –para acordar las postulaciones para la directiva del Congreso– constituía «el augurio de una traición contrarrevolucionaria al partido y al pueblo hondureño».
En el texto, reafirmaron el apoyo de la mandataria electa a Redondo, en consonancia con el acuerdo que fue signado por las fuerzas políticas que se opusieron a la «narcodictadura» del presidente saliente, Juan Orlando Hernández. Con ello, el mensaje es claro: Castro «no admite el incumplimiento y la traición al voto del pueblo que la eligió de forma contundente en alianza».
La reacción de la fracción disidente de Libre fue inmediata. «No somos traidores, tenemos derecho a pensar diferente«, declaró el diputado Edgardo Castro, quien aseguró que ese grupo mantiene su apoyo a la gestión de Xiomara Castro.
Por otra parte, la diputada Valle alegó que el pacto solo iba a cumplirse si los diputados de Libre y PSH lograban una mayoría simple, por lo que defendió la postulación de Cálix. Ante la situación, que deja a Redondo eventualmente fuera de la directiva, la postura de Nasralla ha sido la de respaldar a la presidenta electa.
«Apoyamos a Xiomara Castro. Nuestra hermandad está más sólida que nunca. Ella y nosotros lo hacemos por Honduras, no defendemos intereses personales», tuiteó el Delegado Presidencial electo, junto a una foto reunido con los diputados del PSH.
Más tarde, en declaraciones a medios locales, Nasralla consideró que las voces disonantes de Libre no pueden alegar que se mantienen en línea con el plan de Gobierno de la presidenta electa: «Lo que ofreció Xiomara se puede seguir al pie de la letra con una persona que esté de acuerdo con ella, no con 20 disidentes que antes de que ella tome posesión hacen una rebelión por intereses personales«, sostuvo.
Redondo, mientras tanto, denunció que el objetivo de los parlamentarios que se sublevaron dentro de Libre, con el apoyo del «lado oscuro» del Partido Liberal, es «quitarle la victoria y el mandato legítimo que le dio el pueblo hondureño» a Castro Zelaya. «Fuimos testigos de la violación», zanjó.
Aunque es pronto para saber el rumbo que tomará el futuro Gobierno, hay un detalle con mucho peso simbólico que da algunas pistas de la postura que mantendrá la mandataria con las voces disidentes del partido Libre, dirigido por su esposo, el expresidente Manuel Zelaya.
En el comunicado emitido por la bancada, Castro anunció que no asumiría el cargo ante «un presidente del Congreso surgido de la traición«, por lo que jurará frente a un juez de la República y el pueblo hondureño, en el acto previsto para el mediodía del 27 de enero, en el Estadio Nacional.
«Nuestro pueblo ha votado el 28 de noviembre por un cambio de Gobierno y de paradigma del modelo neoliberal que han implementado para destrozar este país, y hoy, un grupo ensoberbecido por la ambición de poder, ha decidido dar continuidad al régimen de corrupción e impunidad que nos ha golpeado por más de una década», reza el texto oficial de Libre.
Para la mandataria electa, el paso que han dado los 20 diputados disidentes marca un «punto de inflexión» para su futuro Gobierno y una «oportunidad» para que los hondureños juzguen las medidas que se tomarán «para que se respete su voluntad». Zelaya, por su parte, ya anunció que los «traidores» serán expulsados de Libre.
Fuente: RT.