Se revelaron los hábitos que la Reina de Inglaterra en cuanto a la bebida y a la comida y, sobre el primer ítem, cabe decir que es estricta y no se salta ningún paso.
La hora de tomar ginebra llega mucho antes de lo que uno esperaría en el Palacio de Buckingham: todo comienza unas horas antes del almuerzo, cuando la Reina disfruta de una buena copa de ginebra y Dubonnet, con mucho hielo y una rodaja de limón. Luego almuerza tomando una copa de vino.
Ya por la tarde le gusta disfrutar de un Martini seco y, por la noche, le gusta terminar la jornada con una copa de champaña.
Además de tomar, básicamente, todo el día, cosa que ninguna persona normal se puede permitir, porque a quién se le ocurriría tomar un gin con hielo en el trabajo… bueno, además de darle todo el día al trago, la Reina come como reina: dos veces por semana se le presenta un menú del chef Mark Flanagan, donde elige qué querrá comer.
Para el desayuno tiene un despliegue de cereales, yogures y frutas, pero ella prefiere unas tostadas con mermelada y una taza de té Earl Grey.
Para el almuerzo, tiene una estricta regla de no-almidón, lo que significa que las comidas pesadas en carbohidratos están fuera de la mesa. Le sigue el té de la tarde, donde los sándwiches pueden ser de pepino, salmón ahumado o huevo y mayonesa.
A la hora de la cena, suele castigarse con filetes de carne de vaca, venado, faisán o salmón.
Así es la vidita que tienen algunos.