Senadora Isabel Allende: “Las mujeres todavía no tenemos la cultura del poder”

En su casa de calle Guardia Vieja, la  parlamentaria se dio el tiempo para reflexionar sobre el programa de la Universidad de Santiago (Usach) “Igualdad en la Diferencia”, que pretende avanzar hacia la igualdad de género, junto con analizar el complejo papel de la mujer en política

Senadora Isabel Allende: “Las mujeres todavía no tenemos la cultura del poder”

Autor: Cesarius

En su casa de calle Guardia Vieja, la  parlamentaria se dio el tiempo para reflexionar sobre el programa de la Universidad de Santiago (Usach) “Igualdad en la Diferencia”, que pretende avanzar hacia la igualdad de género, junto con analizar el complejo papel de la mujer en política.

Heredó de su padre, a quien llama Salvador, el sentido de urgencia social por su trabajo. Sensible a las  desigualdades, Isabel Allende Bussi es una de las figuras políticas que ha puesto los temas de género en la discusión pública, como el divorcio, la violencia contra las mujeres y la promoción de la ley de cuotas para garantizar la participación femenina en la política.

La hija del Presidente Allende es crítica frente al empoderamiento de su género en los espacios de toma de decisión. “Yo creo que las mujeres todavía no tenemos la cultura del poder, entonces estamos siempre dispuestas a hacernos a un lado. No explicitamos ni socializamos el tema del poder con claridad. Además, nos falta ambición”, enfatiza.

“Cuando alguien está en el mundo público, y pretende ser un dirigente destacado, tiene que tener la ambición de serlo. Hay que explicitarlo y generar poder dentro del partido y del Parlamento. Yo creo que las mujeres todavía no tienen esa cultura”, reflexiona.

De su exilio en México, llegó de vuelta a Chile en 1988 junto a su madre, Hortensia Bussi. Tras 15 años fuera, admite que su incorporación al Parlamento fue muy  particular; distinta a la que podrían vivir otras mujeres. “Mi caso fue muy poco corriente. El año ‘90 me habían ofrecido la senaduría por Valparaíso. Incluso, recuerdo que tenía unos mensajes de Ricardo Lagos, el ex Presidente, quien me decía: “Prepárate o te bajan en grande”, pero yo la rechacé”.

Allende Bussi fue criticada por su partido, el Socialista. No entendían cómo podía negarse a ejercer un rol fundamental en la primera etapa de la transición a la democracia.

Pero ella tiene una explicación: “Laura Soto, reconocida abogada de Derechos Humanos, también estaba postulando por la misma circunscripción. No quería competir con otra mujer, y además, el Chile de los ’90 era muy distinto al que yo había conocido. Necesitaba ambientarme nuevamente”.

Su llegada a la Cámara ocurrió en 1994, cuando sólo había cuatro mujeres en el hemiciclo. “Se creó la Comisión que se iba a llamar Mujer, pero terminó llamándose Familia. Éramos sólo mujeres, durante dos períodos enteros nunca hubo un hombre porque es una comisión que la gente miró como típico tema de mujer, sin darse cuenta que también vimos divorcio, filiación, violencia intrafamiliar, pensiones alimenticias. Eran temas súper ‘cototos’. Al tercer período recién empezaron a aparecer los hombres”.

Tras 16 años ininterrumpidos de trabajo legislativo, la actual senadora Allende celebra los avances alcanzados para las mujeres, pero reitera sus temores. “La contingencia se come los temas que parecen no ser urgentes, y el género es uno de ellos. Tiende a invisibilizarse.

No tenemos una política clara al respecto, Michelle -Bachelet- hizo lo posible por nosotras, no sólo con la señal de haber sido ella la primera mujer Presidenta, sino en la elección de su gabinete. Incluso envió un proyecto de ley de cuotas, pero digamos la verdad: nunca se discutió. En otros países, existen partidas presupuestarias específicas para temas de igualdad de género, para incentivar la participación de las mujeres, pero aquí estamos lejos de eso. En este Gobierno, menos”.

-¿Por qué cree que será difícil avanzar en esta administración?

-Tiene que ver con los gestos y las señales para abordar los temas valóricos. Si pienso en la circular que hubo en la Región de Coquimbo, que las mujeres no podían usar minifalda; si vemos que las matronas no pueden recetar la pastilla del día después; si se habla de que los jóvenes deberían practicar la abstinencia, entonces este es el mundo al revés, vamos contra la corriente. El mundo evoluciona, ahora hay una gran cantidad de hogares constituidos por mujeres solas, incluso hombres solos, cada vez hay menos matrimonios; y, sin embargo, tenemos un gobierno que al menos, en lo que aparece públicamente, ha dado tres o cuatro señales que son fatales.

-¿Es deber de las universidades incorporar el tema de género?

-Absolutamente. Es fundamental preguntarse por qué las instituciones que forman personas deben considerar el enfoque de género. Es más, deben practicarlo en todas sus formas de organización: estudiantil, estratos académicos, funcionarios.

El Consejo Superior de Educación debiera considerar este factor de alguna manera. Yo creo que la equidad de género es un elemento crucial cuando pensamos en el desarrollo y cómo se organiza la sociedad, y allí las universidades tienen una gran responsabilidad.

Por Roxana Chiappa

Periodista de la Dirección de Estudios y Análisis Institucional de la Universidad de Santiago de Chile.


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