Un complejo momento vivió la diputada María Luisa Cordero (RN) durante la tarde de este martes en el Congreso Nacional. La parlamentaria, que molestó tanto al oficialismo como a la oposición por sus insultos de connotación homofóbica hacia el ministro Marco Ávila, fue encarada por la prensa mientras caminaba por los pasillos de la Cámara de Diputados. Sin embargo, evitó referirse a sus polémicos dichos.
«¡Tengo 80 años, soy coja, déjenme tranquila!» gritó la diputada mientras intentaba liberarse de los periodistas que la seguían. «Menos hablarle a usted que me detesta», le señaló a uno de los reporteros.
Un par de horas más tarde, desde su oficina en la Cámara, la diputada Cordero grabó un video donde profundizó en sus declaraciones y aseguró que las acusaciones de homofobia no tendrían fundamento, ya que ha trabajado en el pasado con minorías y personas en situación de pobreza.
«Las opiniones fueron emitidas en un programa que yo hago en Radio El Conquistador en donde expresé algunas opiniones referidas a la incomodidad y preocupación que me produce el discurso de la ESI (Educación sexual integral), porque atenta contra la falta de desarrollo en niños de cinco años», señaló la diputada.
Cordero, quien será llevada a la Comisión de Ética de la Cámara de Diputados por sus dichos, también contó una anécdota con el objetivo de demostrar que tendría una buena relación con el ministro Ávila:
«Yo he tenido una relación muy afable cuando (el ministro Ávila) ha venido al hemiciclo. Cuando vino a la interpelación, en julio del año pasado, yo me preocupé del notable color oscuro que tenía en su piel. Él aceptó la sugerencia, se hizo exámenes y a la siguiente vez que vino me llamó al pupitre y me comentó que yo había tenido muy buen ojo, porque tenía una alteración metabólica con el fierro», relató la doctora.
«Si él se siente ofendido porque le dije gordito, no tengo ningún problema en ofrecerle mis más profundas disculpas. Yo también soy gordita, no soy de andar burlándome de la gente», sentenció.