La embarcación que yace en Crescent Beach, y que fue descubierta por un residente local tras el paso del ciclón hace dos semanas, es estudiada por arqueólogos del St. Augustine Lighthouse Archaeological Maritime Program (Lamp, en inglés), quienes en los últimos días han visto que la erosión se ha detenido y que la arena ha empezado a volver a la playa, según dijeron a EFE.
«Esto ayudará a mantener los restos del naufragio protegidos, aunque significa que los arqueólogos tendrán que excavar más para llegar al sitio», señaló Nicholas Budsberg, directivo del St. Augustine Lighthouse & Maritime Museum, al que pertenece Lamp.
Budsberg agregó que la mayor preocupación para el equipo de arqueólogos era que las vigas de madera del navío «comenzarán a secarse, deformarse y agrietarse y, finalmente, desaparecieran por completo», producto de la «luz solar, el oxígeno y la acción constante de las olas».
Como señaló días atrás el director de Lamp, Chuck Meide, los restos probablemente corresponden a un barco mercante estadounidense que transportaba insumos, como es el caso del 70 % de todos los naufragios históricos conocidos en Florida.
«Eran buques mercantes que participaban en el comercio costero que transportaban mercancías de un puerto costero a otro a lo largo de la costa Atlántica», dijo Meide.
Aunque en el sitio donde ha sido hallado el navío, dentro de lo que se conoce como la ensenada de Matanzas, pueden haberse producido «docenas, si no cientos, de naufragios en el siglo XIX», Budsberg dijo que los investigadores creen que los restos pueden ser los del Caroline Eddy, un barco que naufragó en el área sobre el año 1880 a causa de una tormenta o de un huracán y que coincide bastante con lo hallado.
«El naufragio parece ser del 1800, de construcción pesada, probablemente tenía un revestimiento de cobre en el casco, probablemente fue rescatado después del naufragio y coincide con las dimensiones aproximadas del Caroline Eddy, que tenía 110 pies (33 metros) de largo y unos 27 pies (8 metros) de ancho», señaló el arqueólogo, quien precisó que posteriores análisis de laboratorio darán más pistas.
Un bergantín construido en 1862, el Caroline Eddy, transportó suministros para el Ejército de la Unión durante la Guerra Civil y realizó varias travesías transatlánticas hasta su último viaje desde Fernandina Beach, cerca de la floridana Jacksonville, con una carga de madera hacia Nueva York o Pensilvania.
«Al día siguiente, una violenta tormenta atrapó el barco y lo empujó hacia el sur, derribando su trinquete, velas, cabinas de cubierta y escotillas, inundando el barco y dejándolo a merced de las olas» hasta que quedó atrapado en un banco de arena mar adentro, explicó Budsberg.
«La tripulación resistió la tormenta en el aparejo del palo mayor hasta que pudieron construir una balsa improvisada y llegar a la orilla», añadió el investigador, quien dijo que ningún miembro de la tripulación murió en el incidente que se sepa y que buena parte de los restos que llegaron a la orilla fue vendido como chatarra.
Crescent Beach se halla cerca de San Agustín, fundada por el español Pedro Menéndez de Avilés hace más de 500 años y la más antigua de las ciudades existentes en Estados Unidos en la actualidad, a cuyo puerto de gran historia marítima llegaron muchos barcos españoles y británicos.
En la zona «se han localizado y estudiado numerosos naufragios» aunque no todos históricos, dice Budsberg, que agrega que Lamp ha descubierto o trabajado en más de dos docenas de sitios donde han sido descubiertas embarcaciones de los siglos XVIII y XIX.
Una de ellas fue hallada en 2015 en San Agustín, precisamente en el 450 aniversario de la fundación de esta ciudad, y que se cree es de entre los años 1750-1800 y de nacionalidad española o británica.
Pero en el área, de gran historia y movimiento comercial, como señala Budsberg, quedan «muchos sitios y misterios aún por explorar».