En Punta Chame, un pueblo de la península de Panamá, el comercio ilegal de los huevos de las tortugas marinas, que son considerados como un afrodisíaco natural, podría causar la extinción de esta especie.
«Los hombres, principalmente, creen que al comer los huevos de tortuga van a tener un mejor placer sexual», manifestó durante una entrevista a la agencia AFP Jorge Padilla, un joven miembro y guía de Tortuguías, una organización sin fines de lucro panameña.
En el pueblo panameño existe la creencia popular de que los huevos de tortuga aumentan el deseo sexual en las personas. Por esta razón, estos son vendidos casa por casa al precio de casi un dólar. Sin embargo, Padilla recalca que los huevos no poseen ningún efecto afrodisíaco. «Los huevos no te ayudarán, no son afrodisíacos», aseguró.
Según reitera Padilla, las tortugas del Pacífico y el Caribe enfrentan numerosas amenazas. El tráfico ilegal de sus huevos es solo una de ellas. En la península de Panamá, los humanos consumen en exceso la carne y otras partes de esta especie, y los caparazones son usados para fabricar peinetas y otros tipos de prendas de vestir. Además, los huevos y las crías de las tortugas son depredados por perros abandonados y águilas.
Estas amenazas han causado que la población de tortugas marinas en Panamá haya disminuido drásticamente, provocando que las especies se encuentren en peligro de extinción y el tema se discuta en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flore Silvestres (COP19) del 14 al 25 noviembre de 2022.
Por otro lado, una parte de la población panameña lucha para proteger y conservar a estas especies. Muchos voluntarios se han unido a Tortuguías para recoger los huevos recién puestos por las tortugas y después enterrarlos en unos viveros cerrados, para así protegerlos ante cualquier amenaza humana y animal.
Fuente: RT.