Trabajadores del sector bancario amplían demandas legales contra las AFP y anuncian campaña masiva contra el lucro en el sistema

La Confederación de Sindicatos Bancarios y Afines no se quedado de brazos cruzados ante las millonarias pérdidas en los Fondos de Pensiones y las escandalosas utilidades de los dueños de las AFP’s, ni de sus supuestas pérdidas

Trabajadores del sector bancario amplían demandas legales contra las AFP y anuncian campaña masiva contra el lucro en el sistema

Autor: Cesarius

La Confederación de Sindicatos Bancarios y Afines no se quedado de brazos cruzados ante las millonarias pérdidas en los Fondos de Pensiones y las escandalosas utilidades de los dueños de las AFP’s, ni de sus supuestas pérdidas. Tras dos años de trámite y burocracia, los Trabajadores del Sistema Financiero ya han realizado la primera demanda -de seis- en los Tribunales de Justicia en contra de ING Capital (holandesa con capitales del grupo Saieh) el pasado 16 de diciembre, y continúan trabajando para concretar más denuncias a medidados del mes de febrero. Anunciaron, además, que iniciarán una campaña masiva para acabar con el lucro en el sistema.

“Hemos recibido más de 120 correos de distintas organizaciones -del área bancaria, del cobre, la construcción y la madera- y hemos decidido realizar en febrero una reunión con todas ellas y luego en marzo lanzar una campaña muy fuerte para que la ciudadanía empiece a informarse y a sumarse a esta lucha para que logremos refrenar este sistema inmoral y oscuro que sostienen las AFP’s”, declaró el secretario general de la Confederación de Sindicatos Bancarios, Luis Mesina.

En una conferencia de prensa a la que asistió un número reducido de medios de comunicación, los trabajadores del sector bancario explicaron que el sistema actual obliga a los trabajadores de manera forzada a pagar mes a mes una parte importante de su salario, casi un tercio de lo que cotizan, para destinarlo a la administración de los dueños de las AFP’s y, como contrapartida, recibir cada vez menos.

El sistema de pensiones funciona sobre la base de un sistema privado de multifondos, que son 5: Tipo A, B, C, D y E, en los cuales se concentran los ahorros previsionales. Los fondos de los cuatro primero grupos, son los que han tenido más exposición en el ámbito mundial, pero menos rentabilidad. El fondo E, que es el menos riesgoso, tiene solo afiliado al 3% de los trabajadores, mientras que el 80% sufre pérdidas sistemáticas. Pero hoy los trabajadores son llamados por las autoridades a mantener la calma y a no cambiarse de fondo, pues si lo hacen “asumirán pérdidas”. Asimismo, insisten en que esto es “transitorio”.

En una entrevista con Radio Bío Bío, el director del comité económico del derechista Instituto Libertad, Osvaldo Carvajal, consideró normales estas pérdidas y llamó a no generar revuelo. “Exaltar a la gente (por esto) es una exageración debido a la calidad del sistema que es reconocida internacionalmente”. No considera que, de acuerdo al artículo 48 del Decreto Ley 3.500, los fondos de pensiones tienen que contar con una rentabilidad mínima, lo que no es el caso.

Pero eso no es todo. La Reforma Previsional que impulsó en 2008 la ex presidenta Michelle Bachelet, reforzó el sistema de AFP’s, amplió su cobertura y permitió que mayores porcentajes de ahorros para la jubilación pudieran invertirse en bolsas extranjeras. Dicha modificación estableció, además, que todos aquellos trabajadores independientes que no cotizaran, se incorporaran obligatoriamente al sistema a partir de 2015 y pagaran una cotización previsional con el objeto de que “tuvieran una pensión al término de su vida útil”, lo que para Mesina es “una mentira absoluta”.

Y explicó: “Si usted tiene que pagar el 10% de lo que boletea mensualmente al Estado, y gana $200 mil pesos, va a tener que poner 20 mil pesos mensuales, explica Mesina. Esos 20 mil van a ir parar un fondo. De esos 20 mil, va a tener que pagar un 30% a quien lo administra, es decir, casi 6 mil pesos. Le van a quedar 14 mil. Si usted hace un cálculo actuarial, se va a dar cuenta que cuando llegue a los 65 años no va a tener prácticamente nada. Entonces -agrega Mesina- usted está condenado al final de su vida laboral a tener una pensión miserable que el Estado va a tener que cumplir y que va a ser inferior a los 100 y tantos mil pesos. Y, en consecuencia -concluye- durante su larga vida laboral de 45 años, estuvo cotizando un sistema que la final le dijo ‘mire, usted tiene un monto que es insuficiente por una pensión mínima, por lo tanto, tiene que acogerse al Estado para que este le garantice el diferencial”.

 

EL ORIGEN DE TODOS LOS MALES: LA DICTADURA

En Chile, por medio del Decreto Ley 3.500 -impuesto durante la dictadura, en 1981- se puso fin a la Seguridad Social -sistema que existía en ese entonces cuyo principal fin es dotar de protección a los habitantes de un país en caso de enfermedad, invalidez, muerte, desempleo, etcétera- y en su reemplazo se impuso, “en la más absoluta falta de democracia” -según declaró Mesina- el sistema individual llamado AFP.

“Se contravinieron los intereses de los verdaderos propietarios de todas las cajas de seguridad social que existían en el pasado y, en cambio, instalo un ‘sistema de ahorro forzoso’, privado, que obliga a los cotizadores a cotizar el 10 % de sus ingresos, obtener pérdidas, pagar casi un 30% a quienes lo administran, y permitir que estos sigan enriqueciéndose a costa de nosotros”, agregó Mesina. Los que trabajaban al momento de la promulgación podían elegir entre incorporarse a las AFP o quedarse en el antiguo régimen que pasó a ser administrado por el Instituto de Normalización Previsional (INP).

Más tarde, producto de la crisis económica financiera y la recesión global de 2008, las bolsas cayeron abruptamente, lo que generó pérdidas en los fondos acumulados de los trabajadores chilenos que alcanzaron la suma de 28 mil millones de dólares, lo que representa casi el 15% del producto interno bruto. “Eso se perdió de la noche a la mañana por culpa de la especulación financiera, y es por eso que nosotros señalamos que no es posible seguir manteniendo un sistema que se sustenta en la volatilidad del mercado financiero mundial”, reclamó Mesina.

 

LA ESTAFA DEL SIGLO

155 trabajadores bancarios iniciaron una acción legal en contra de ING Capital por un monto de 260 millones de dólares, debido al daño previsional ocurrido en 2008, mencionado anteriormente. Como la demanda se debe hacer por institución, y dado el ordenamiento jurídico actual, sumado a la burocracia que existe en nuestro país, el proceso para presentar la acción tardó dos años.

“Todo esto es tremendamente engorroso y tiene como único propósito no llegar a la demanda. Ahora estamos a la espera de que el Tribunal se pronuncie en favor de los trabajadores. De aquí a febrero tendremos una respuesta”, señaló el director de la Confederación de Sindicatos Bancarios, José Santibañez, quien agregó que su propósito es hacer entender a la gente que está frente a “la estafa del siglo de los trabajadores. Vamos a ir sumando organizaciones para poder hacer un frente bastante fuerte”, concluyó.

Por su parte, Patricio Guzmán, economista y director de estudios de la Confederación de Sindicatos Bancarios, aseguró que existe toda una lógica “oscura” detrás del sistema que impide que el trabajador tome decisiones de manera informada. “Las AFP son poco transparentes. Cuando uno entra a la página de las Superintendencia, no hay dónde encontrar las pérdidas del sistema, que son millonarias; tampoco sabe que por ley las AFP están obligadas a asegurar una inversión razonable de los fondos que garantice las pensiones, pero no las que vemos ahora”.

Asimismo, Guzmán cuestionó la lógica capitalista del sistema. “No funciona como libre mercado, ya que tú no decides dónde invertir ni si quieres o no invertir. Te lo sacan, y punto. Después no tienes ningún control de tu supuesta inversión, y solo puedes cambiarte de un fondo a otro. Es la única potestad que tienes sobre un dinero que, en teoría, es tuyo. Pero ¿Quién es legalmente el propietario? ¿Quién tiene derecho a usarlo? Aquí es como si tuviéramos la propiedad del inmueble pero el usufructo no es nuestro. Es una herramienta poderosa para construir grandes conglomerados en Chile”.

 

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Por Esteban Acuña

El Ciudadano

 


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