Ultraderecha en el siglo XXI: Expertos analizan los polémicos saludos nazis de Musk, Bannon y Verástegui

El saludo nazi: ¿El regreso del símbolo de la ultraderecha global?

La polémica en torno al uso del saludo nazi por parte de figuras como Steve Bannon, Eduardo Verástegui y Elon Musk, ha generado una amplia repercusión internacional.

Ver algunos reportes de prensa internacional:

“Al igual que Elon Musk, Eduardo Verástegui y Steve Bannon realizan saludo nazi durante la CPAC” (la Jornada de Oriente)

¿Está de moda el saludo nazi para la ultra derecha? (DW)

El saludo nazi, un gesto históricamente asociado al régimen fascista de Adolf Hitler, ha resurgido en eventos públicos protagonizados por figuras prominentes de la ultraderecha global. Este viernes 21 de febrero, durante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Washington, el exasesor de Donald Trump, Steve Bannon, y el actor mexicano Eduardo Verástegui, realizaron el polémico saludo de brazo extendido con la palma hacia abajo. Este gesto, que también fue ejecutado por Elon Musk en enero pasado durante la toma de posesión de Trump, ha desatado una ola de críticas y debates sobre su significado en el contexto político actual.

El hecho ha sido destacado en una reciente publicación de Diario Radio Universidad de Chile, escrito por Constanza Vargas, reuniendo la opinión de expertos: ¿Qué hay detrás del regreso del saludo nazi en pleno siglo XXI?

Cabe consignar que Bannon, concluyó su discurso en la CPAC con un llamado a la lucha: “¡Luchen, luchen, luchen!”, acompañado del saludo nazi. El gesto, capturado en videos que se viralizaron en redes sociales, provocó una reacción inmediata por su similitud con el utilizado por los militantes nazis en la década de 1930. Bannon justificó posteriormente el acto como un “saludo de agradecimiento a la multitud”, pero expertos como Miguel Urrutia, académico de la Universidad de Chile, no dudan en calificarlo como una “evocación nazi clara”.

Elon Musk, por su parte, había realizado un gesto similar durante un evento en enero, extendiendo su brazo con la palma hacia abajo y declarando: “Mi corazón está con ustedes”. Aunque Musk relativizó la polémica en redes sociales, afirmando que “el ataque de ‘todos son Hitler’ ya cansa”, especialistas citadas en la publicación de Diario Echile, como Claire E. Aubin, profesora de la Universidad de California, Davis, sostienen que se trató de un “sieg heil” (saludo fascista). Aubin recordó que tanto Hitler como Mussolini utilizaron este saludo, y que su resurgimiento no puede ser ignorado.

La polémica sigue. En la CPAC, Eduardo Verástegui, actor y activista mexicano de ultraderecha, también realizó el saludo nazi, repitiendo el gesto de colocar la mano en el pecho antes de extender el brazo. Verástegui defendió su acción como un “gesto de respeto y cariño”, pero para muchos observadores, este tipo de actos reflejan una normalización preocupante de símbolos asociados al fascismo.

Miguel Urrutia, en entrevista con Radio Diario Universidad de Chile, explicó que este resurgimiento responde a una búsqueda de identificación simbólica por parte de la ultraderecha. “Estamos en una época en que la negación de la polarización en la política le dio espacios a estas personas para parecer más profundas y analíticas”, señaló. Por su parte, Cristián Leporati, experto en marketing político de la Universidad Diego Portales, destacó que el saludo nazi encaja en una estrategia comunicacional que busca generar un sentido de pertenencia y cambio frente a un sistema percibido como decadente.

El impacto de estos gestos no ha pasado desapercibido incluso dentro de la propia ultraderecha. Jordan Bardella, presidente del partido francés Reagrupamiento Nacional, canceló su participación en la CPAC tras el saludo de Bannon, calificándolo como una “provocación alusiva a la ideología nazi”. Este distanciamiento refleja las tensiones internas en un movimiento que, mientras busca consolidarse, no logra desprenderse de su herencia más oscura.

En definitiva, el resurgimiento del saludo nazi en pleno siglo XXI, se desprende que no es un hecho aislado, sino un síntoma de una ultraderecha que, en su búsqueda de símbolos y narrativas, recurre a gestos cargados de un pasado ominoso. Como concluyó Urrutia, “la negación de la polarización le ha dado espacio a personajes que rescatan estos símbolos para parecer más profundos, pero en realidad, lo que hacen es evocar fantasmas que nunca debieron regresar”.

Ver también nota completa de Radio Diario Universidad de Chile: ¿Qué hay detrás del regreso del saludo nazi en pleno siglo XXI?