Mijaíl Mijáilov, un reconocido epidemiólogo ruso y miembro de la Academia Rusa de Ciencias, disipó cuatro mitos sobre la hepatitis y dio consejos prácticos sobre cómo protegerse a sí mismo y a sus seres queridos de esta infección.
Mito 1: Últimamente, la hepatitis ha mutado y existe un nuevo tipo agudo de hepatitis en niños.
Realidad: De hecho, en junio de 2022, 33 países notificaron 920 casos de hepatitis aguda grave de etiología desconocida en niños, que sin embargo no tuvo nada que ver con una mutación del virus. Todos estos casos se produjeron en un contexto de infección por covid y se asociaron a una variante de adenovirus, no a una de hepatitis. El virus recibió el nombre convencional de «hepatitis por adenovirus».
Mito 2: La hepatitis se transmite por los besos.
Realidad: Depende de qué tipo de beso, pues la hepatitis no se transmite a través de la saliva y debe haber una alta concentración viral. Pero si hay heridas en la boca, entonces sí, el virus se transmite a través de una mínima cantidad de sangre.
Mito 3: La hepatitis es siempre ictericia. La gente se pone amarilla como un limón.
Realidad: La hepatitis tiene síntomas evidentes que son aparición de orina oscura (se torna semejante a la cerveza), ictericia de la piel y la esclerótica de los ojos, así como heces decoloradas. Con tales síntomas hay que acudir inmediatamente al médico.
Pero en realidad, hay 10 casos de hepatitis sin ictericia por cada caso con alguna forma de manifestación de ella. Por lo tanto, es necesario tomar regularmente análisis de sangre para la hepatitis.
Mito 4: La transmisión doméstica no es posible.
Realidad: En primer lugar, los electrodomésticos pueden contaminarse con heces, lo que puede dar lugar a hepatitis A o E. En segundo lugar, deben observarse estrictamente las medidas antiepidemiológicas si hay una persona enferma cerca (utensilios separados, desinfección de las manos, etc.).
En tercer lugar, existe el concepto de «realización de los contactos sanguíneos en la vida cotidiana». Nunca olvidaré cómo un grupo de estudiantes compartió una máquina de afeitar, lo que provocó un brote de hepatitis B. Tijeras, toallas, maquinillas de afeitar… Basta una mínima cantidad de sangre para contraer el virus.
Si toma la decisión de hacerse un tatuaje o un piercing, debe hacerlo únicamente en un establecimiento autorizado que haya obtenido un permiso para este tipo de actividad. Este tipo de establecimientos están controlados por la Inspección Sanitaria.
Fuente Sputnik
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