Las personas a las que les gusta tatuarse no responden a un mismo común denominador, sino que son dispares. Eso es lo que quería mostrar el fotógrafo de Londres Alan Powdrill en su nueva serie de fotografías Covered. Las personas que aparecen en sus fotos, muchas de ellas tatuadas del cuello a los pies, son auténticas obras de arte andantes.
Graham, 58
Tenía 51 cuando empecé. Mi padre ya estaba muerto y mi madre no dijo nada, ya que empezaba a sufrir demencia.
Cada fotografía de Powdrill va acompañada con un breve comentario de la persona retratada sobre su historia personal relacionada con los tatuajes. Algunos empezaron muy tarde, a los 40 o 50 años, mientras que otros han sido entusiastas durante toda su vida.
LIllianna, 23
No creo que cambie de opinión sobre mis tatuajes, dudo de que lo lamente a pesar de mi edad.
Dave, 66
Empecé en 1963 cuando tenía 14 años y no creo que pare nunca.
Victoria, 37
Mis tatuajes son parte de quien soy, y siempre me gustarán, ahora y cuando tenga 80 años. De eso trata el amor por mi apariencia.
Alex, 49
Mi madre no estaba muy contenta con la golondrina que me hice en la mano. Le dije que no era como si estuviera en la calle metiéndome heroína.
Izzy, 48
Me encanta ser diferente y cada día me preguntan sobre ellos. Los tatuajes buenos no son baratos y los tatuajes baratos no son buenos.
James, 33
Tenía 16 y me hice un pequeño lagarto en la cadera. Mis padres dijeron que no conseguiría un trabajo.
Kimmy, 29
Mis tatuajes de Kiss son mus favoritos, dolieron muchísimo, pero se siente bien tener esta dedicatoria suprema hacia la banda.
Peter, 38
Me han dado confianza en mi vida desde que sufro la enfermedad de Crohn. Me gustarán en el futuro igual que me gustan ahora.
Michelle, 53
No puedo decir a qué edad pararé. Mientras haya espacio que rellenar, lo rellenaré. No creo que cambie nunca de actitud.
Bill, 59
Me encanta el hecho de ser una persona madura, tener un trabajo serio, estar rodeado de gente decente y tener en el pecho puesto No Fucking Way.
Patrick, 34
Mi primer tatuaje fue a los 13 y lo mantuve en secreto durante 10 años. Es una parte de mi que nunca va a envejecer.
Chris, 25
Si alguna vez olvido quién soy, me quito la ropa, me miro en el espejo y descubro quién soy de nuevo.
Kenny, 27
Me encantan mis tatuajes, es una forma de vida y parte de mi. Seguiré haciéndomelos tanto tiempo como pueda.
Ness, 40
Me encanta como cambian según mi cuerpo envejece y las arrugas cambian su aspecto. Pararé cuando no tenga espacio debajo del cuello.
Simon, 47
Mientras pueda ir al baño y mear por mi mismo, no me importa el aspecto que tenga cuando sea viejo. Nunca tuve intención de hacerme tantos, pero tengo una personalidad adictiva.
Pete, 43
Randolf, 31