Un pueblo indígena amazónico no contactado, cuya existencia acaba de ser confirmada, corre ya el riesgo inminente de ser aniquilado, mientras las autoridades brasileñas hacen la vista gorda.
La presencia de este pueblo fue verificada recientemente por una expedición oficial. Sin embargo, su territorio no se está protegiendo, y está cerca de una zona a lo largo del río Purus, en la región occidental de la Amazonia, donde muchos colonos no indígenas viven, recogen alimentos del bosque, pescan y cazan.
© FUNAI / Survival
Otros grupos no contactados en un estado amazónico colindante han sido masacrados en los últimos años, al parecer por madereros que operaban ilegalmente en su selva, así como por narcotraficantes.
Además del peligro de un ataque violento, cualquier encuentro con foráneos expondría a este pueblo indígena a enfermedades como la malaria o la Covid-19 frente a las que no tienen inmunidad. Ambas están extendidas en la región.
Un equipo de trabajadores de FUNAI visitó la zona entre agosto y octubre de 2021 y encontraron pruebas concluyentes de la presencia de este pueblo indígena no contactado: refugios de caza, cestos hechos a mano, cazuelas y arcos. También escucharon a algunos de sus miembros hablando en las proximidades.
Se sabe muy poco de ellos, más allá de que son un pueblo cazador-recolector y podrían sumar varias decenas de personas.
El equipo de protección de la FUNAI en la región envió un informe a su sede en Brasilia en el que solicitaba que se adoptaran acciones inmediatas, como la emisión de una Ordenanza de Protección Territorial (OPT) para proteger la región habitada por este pueblo, la creación de una base para que el equipo pueda vigilar y proteger la selva, la implementación de un “cordón sanitario” para evitar la propagación de enfermedades y la presencia continuada de un equipo para recabar más información con el fin de reconocer a este pueblo y su territorio.
Sin embargo, la oficina central de FUNAI no respondió a su petición y ha ignorado dos peticiones urgentes posteriores para que se adopten medidas de protección.
La COIAB (Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña) y el OPI (Observatorio de Pueblos Indígenas No Contactados) han emitido un comunicado en el que piden a la FUNAI que actúe: “Es una peligrosa negligencia por parte de FUNAI en Brasilia que no inicien medidas urgentes de protección de ese grupo aislado (…) Asistimos con mucha preocupación a la continuada destrucción de la política pública indigenista volcada en los pueblos indígenas aislados, capitaneada por los ataques frontales del Gobierno al importante mecanismo de restricción de uso (OPT). Esta herramienta administrativa fue fundamental en otras ocasiones para evitar la destrucción de los territorios y de las vidas de grupos indígenas aislados”.
La Federación de Organizaciones y Comunidades Indígenas del Medio Purús (FOCIMP) ha emitido un comunicado en el que declaran: “Sentimos una enorme preocupación y enfado por la situación de nuestros hermanos y hermanas no contactados del río Mamoriá. El riesgo de su genocidio es cierto debido a la demora de FUNAI Brasilia en el cumplimiento de su función de reconocer oficialmente su presencia en la región (…) Es inaceptable que FUNAI no haya hecho nada en cinco meses, poniendo en riesgo a los no contactados (…) Sabemos el peligro que corren los no contactados por las enfermedades y los invasores, y por cualquier contacto con foráneos que podría llevar a su aniquilación”.
Por su parte, Fiona Watson, directora de Investigación y Campañas de Survival, ha declarado hoy: “Survival está profundamente preocupada por el incumplimiento criminal de FUNAI de su obligación legal de proteger a este pueblo tan vulnerable, y la selva de la que depende. Esta es la última de una serie de acciones recientes que demuestran hasta qué punto la dirección de FUNAI está sometida a la agenda genocida del presidente Bolsonaro. La historia reciente de Brasil muestra que, a menos que las autoridades actúen inmediatamente, todo un pueblo indígena no contactado será condenado a muerte, y otra parte vital de la diversidad humana desaparecerá para siempre”.