Una noche agitada en Chicago: recordando los orígenes del Primero de Mayo

A casi siglo y medio, la conmemoración se mantiene y la lucha continúa

Una noche agitada en Chicago: recordando los orígenes del Primero de Mayo

Autor: Daniel Carpinteyro

Chicago es un escenario histórico en la lucha por los derechos de los trabajadores estadounidenses.

El primero de mayo de 1886 fue sábado.  En el cuadrante noreste de Estados Unidos, desde Virginia hasta Chicago, miles de trabajadores desfilaron por las calles exigiendo la implementación de una jornada laboral máxima de ocho horas diarias, así como condiciones salariales justas.

El país se encontraba saliendo de una contracción económica de treinta y ocho meses (1882-1895) que, sin embargo, se había utilizado como argumento para cercenar los salarios de la mayoría de los trabajadores: particularmente afectados habían resultado los trabajadores ferroviarios y los empacadores de carne, estos últimos una parte esencial de la economía de Chicago.

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La insuficiencia de los salarios para la conducción de una vida digna hacía a muchos cuestionarse si la tiranía laboral del capitalismo no sería simplemente una nueva forma de esclavismo, institución que formalmente se había abolido trece años antes, pero que en los hechos parecía haber sobrevivido bajo la forma de jornadas de trabajo hasta de 12 horas diarias por unas cuántas monedas.

El mítin en Haymarket Square

En Chicago, las protestas de mayo de 1886 fueron conducidas por organizaciones socialistas, perfil que los medios masivos utilizaban para instigar miedo en la población con la idea de que dicho perfil político propiciaría una caída del imperio de la Ley y un resquebrajamiento de los principios morales. Por cierto que esto no resulta muy diferente de lo que puede verse y leerse en la propaganda de Derecha que se sigue diseminando en ese país  casi siglo y medio después de estos acontecimientos.

Disturbios en Haymarket Square

Albert Parsons, un periodista que resultó despedido del Chicago Tribune después de las protestas de los trabajadores ferroviarios de 1877, había fundado su propio periódico de corte anarquista, The Alarm, donde se instigaba a los trabajadores a aprender el uso de la pólvora y la dinamita como «un arma contra los fuertes», toda vez que «la batalla del pan es la batalla por la vida».

Las protestas se prolongaron en Chicago mucho más que en el resto de los Estados Unidos.  La tarde del 4 de mayo, Albert Parsons, junto con el escritor activista Albert Spies, pronunció una arenga muy cerca de Haymarket Square. Se trataba de explicar la importancia del establecimiento de la jornada de ocho horas de trabajo.

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Poco después de las diez de la noche, la policía de la ciudad ordenó dispersar a la multitud, tras lo cuál se suscitó una confrontación en la que murieron tanto oficiales como manifestantes. Inmediatamente después, se ordenó el arresto de Parsons, Spies y otros cinco anarquistas, quienes fueron juzgados al mes siguiente en un proceso plagado de prejuicio e inconstistencias jurídicas.

Por otra parte, los periódicos anarquistas y socialistas fueron suprimidos y solo se mantuvieron en pie y prosperaron aquellos cuyas líneas editoriales no incomodaban a la Cámara de Comercio.

El 1 de Mayo en nuestros días

Curiosamente, en Estados Unidos el Día del Trabajo no se celebra el 1 de Mayo, sino en el primer lunes de septiembre. Esto se debe a que el presidente estadounidense Grover Cleveland, que gobernó de 1893 a 1897, quería evitar a toda costa que la fecha fuera relacionada con el los acontecimientos de 1886.

Sin embargo, en muchos otros países con movimientos laboristas y socialistas fuertes, el 1 de mayo es un recordatorio de la necesidad de mantener la lucha por los derechos elementales de los trabajadores, en constante asedio desde diversos frentes.


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