Unión Nacional Estudiantil (UNE): La nueva propuesta política de izquierda al interior de las universidades

Durante los últimos años han surgido los más diversos colectivos y propuestas de organización universitaria

Unión Nacional Estudiantil (UNE): La nueva propuesta política de izquierda al interior de las universidades

Autor: vanevargas

Durante los últimos años han surgido los más diversos colectivos y propuestas de organización universitaria. Sin embargo, es desde la izquierda donde se han levantado la mayor cantidad de expresiones políticas que vienen a disputar la consolidada organización de las Juventudes Comunistas y a entablar una fuerte crítica hacia los partidos. Hoy, la UNE representa el esfuerzo de coordinar el trabajo de colectivos a lo largo de Chile que apunten a la construcción de lo que ellos llaman “un nuevo proyecto popular” para el país.

La historia reciente del movimiento estudiantil chileno hasta el 2011 remite a una serie de derrotas y amplias decepciones. El primer gran fracaso se registró el año 2005, cuando masivas protestas buscaban frenar el avance de la Ley de Financiamiento y Acreditación, culpable de la creación de una serie de becas y mecanismos de endeudamiento universitario –entre ellos, el criticado Crédito con Aval del Estado-.

Ajenos a la protesta popular como las autoridades de hoy, el ministro Sergio Bitar –encargado de la cartera de Educación– y el entonces presidente Ricardo Lagos hicieron oídos sordos a la demanda que podría haber terminado con el endeudamiento de miles de estudiantes que ahora salen a las calles. El Congreso también hizo lo suyo y aprobó ambas leyes.

Durante el 2006 la “revolución pingüina” desplegó una amplia movilización secundaria que finalmente terminaría con un confuso pacto con el gobierno de Michelle Bachelet y pocos resultados. El 2008 emergieron nuevas protestas, con gran movilización de las regiones de Chile, debido al nuevo ofrecimiento de Bachelet que ignoró completamente legislar contra el lucro y el fin de la municipalización, entre otras demandas.

Tres años después, con la paciencia totalmente agotada, vendría el más fuerte batatazo de los estudiantes. La movilización estudiantil del 2011 surgió como el resultado de múltiples derrotas y traiciones de los políticos, levantando un inevitable cuestionamiento hacia las clásicas organizaciones universitarias que lideraban las movilizaciones y su apego a los partidos.

En este contexto, hija de la amplia movilización vivida durante el año pasado y producto de las caídas y avances de las recientes protestas, surge la Unión Nacional Estudiantil (UNE), que pretende coordinar y aunar el trabajo de diversas organizaciones colectivos políticos de izquierda a lo largo de Chile, con un crítico diagnóstico de la realidad social del país: “Lo que necesita Chile no es sólo una nueva educación. Necesita un nuevo proyecto popular histórico”, explica Gustavo Pacheco, miembro de la mesa nacional de la organización.

“INTENTAMOS SER UNA ORGANIZACIÓN REVOLUCIONARIA, TRANSFORMADORA Y NO REFORMISTA”

Pese a que su fortalecimiento como organización se vive al calor de las movilizaciones, es en enero de 2011 cuando UNE tiene su primera reunión, con colectivos de alrededor de 8 universidades. En ese entonces, como asegura Pacheco, concluyeron que “por sí solos no podían abordar esa problemática de carácter nacional, que necesitaban tener una articulación. El problema que se enfrentaba no era del rector A ó B o de los problemas puntuales de cada universidad, sino un problema mayor. Dijimos bueno, ante esas situaciones, es necesaria una coordinadora”.

Pacheco agrega que el diagnóstico común era que “el movimiento estudiantil estaba desarticulado nuevamente, traicionado por las fuerzas políticas tradicionales, principalmente por la Concertación”.

Las protestas del 2011, sin embargo, han apurado los planes de la organización y han hecho crecer notoriamente a sus integrantes. Hoy, cuentan con presencia en prácticamente toda la Quinta Región, formando parte de las federaciones de estudiantes de la Universidad de Valparaíso, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Universidad de Playa Ancha y Universidad Federico Santa María, entre otras. Esto se suma a las secciones de base en Iquique, Santiago, Concepción y Puerto Montt.

Si bien la presencia de la UNE en las federaciones consagra su avance en los últimos meses, no es la principal preocupación de una organización que nace por y para coordinar el trabajo de las bases de las movilizaciones universitarias, desde donde comienzan una serie de diferencias con las organizaciones más consagradas, como las Juventudes Comunistas, con la vicepresidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo, entre sus figuras más conocidas. Tampoco forman parte de Izquierda Autónoma, que para las elecciones de este año logró ganar el puesto a Vallejo con su candidato Gabriel Boric, actual presidente de la Fech.

Pero en medio de esta mezcla de colectivos y organizaciones de izquierda, ¿qué diferencia a la UNE? Pacheco manifiesta que ellos, al contrario de los autonomistas, entienden que “las transformaciones sociales no pasan sólo a través de la educación, ni del movimiento estudiantil. Las transformaciones que requiere la sociedad la pueden realizar un grupo de personas en específico que juegan un rol protagónico en la cadena productiva, que son los trabajadores”.

Por ello, la vinculación con los trabajadores que también pretende izquierda autónoma tendría un objetivo distinto. “Nosotros no queremos vincularnos con ellos en función de sumar adherentes a la lucha por la educación, sino que en función de constituir articulación social para enfrentar una lucha que va mas allá y donde se inserta solidaridad ante diferentes problemas como el trabajo, medioambiente, educación, etcétera”, explica. “Para nosotros los estudiantes no son, en términos más clásicos, el sujeto revolucionario donde se produce la contradicción mayor del sistema capitalista neoliberal, sino que somos motor de cambio que impulsa. Hay otras diferencias mas especificas en las formas de trabajo también”.

Por su parte, David Urrea, miembro de la organización y estudiante de la Universidad Arturo Prat, explica sus diferencias con las Juventudes Comunistas: “Nosotros intentamos ser una organización revolucionaria, transformadora y no reformista. Nosotros no tenemos pacto con la Concertación, el que tenga pactos con la Concertación, claro está, no representa los intereses de los trabajadores. El Partido Comunista hoy día con su errónea y oportunista dirección ha afianzado lazos con quien ha traicionado al pueblo durante los últimos veinte años”.

Pacheco reconoce el rol histórico de las Juventudes Comunistas en la lucha del pueblo chileno, pero profundiza en las discrepancias: “La Jota hoy ha perdido posiciones importantes en el movimiento estudiantil y eso es producto de una práctica, de una forma de trabajo, de cómo se ha ido insertando. Ahí tenemos una diferencia en cuanto hacia dónde miran, con quiénes buscan acercarse. A la hora de construir una alternativa política ha preferido mirar hacia las fuerzas políticas que ya están dentro del modelo, donde no hay un planteamiento de transformación más de fondo”, explica. Durante las últimas elecciones en la Universidad de Playa Ancha, la UNE le ganó a las Juventudes Comunistas la elección de la federación con una mayoría histórica por sobre el 60% de los votos.

“La Jota se ha distanciado del movimiento estudiantil de base, ha mirado hacia su eje y eso es lo que incluso destacados académicos han señalado, ‘ustedes no se han puesto a la izquierda de la Jota, es la Jota la que se ha puesto a la derecha del movimiento social’”, agrega.

EL FUTURO DE UNE Y PERSPECTIVAS SOBRE EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL EN EL 2012

Si bien hoy UNE apuesta a disputar los espacios universitarios, no descartan absolutamente la participación a futuro en otros ámbitos políticos. “Esa es una discusión que no hemos dado de manera acabada, pero no existe rechazo a priori, a futuro podría ser una herramienta más”, asegura Pablo Chamorro, presidente de la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Chamorro manifiesta que UNE tiene a su favor ser una organización de base aún en formación, al contrario de otras propuestas más consolidadas dentro del espacio universitario. “Estamos en formación e invitamos a más gente a ser parte de este proceso, estamos definiendo todavía características propias”, explica.

Los planes a corto plazo de la organización consideran un próximo congreso fundacional y la división en secciones de la coordinadora a lo largo de todo Chile. “Es un proceso más lento y tiene todo un trabajo orgánico, de difusión y ojalá unificado, un trabajo muy fuerte de inserción y vinculación con otros sectores”, explica Chamorro.

Sin embargo, los principales esfuerzos están destinados hoy a dar un impulso al movimiento estudiantil 2012. “Nos organizamos por el movimiento estudiantil y para el movimiento estudiantil. Hoy estudiamos las propuestas que tienen los estudiantes, queremos fortalecerlas, hay un vacío en calidad y nos gustaría hacer ese trabajo. Estudiamos también las propuestas del Gobierno para generar campañas de contrapropaganda y creemos que dentro de la Confech (Confederación de Estudiantes de Chile) misma es necesario impulsar las movilizaciones, que no se entienda que este es un año solo de propuestas sino de movilizaciones en su amplio sentido”, asegura.

Por Vanessa Vargas Rojas

Fotografías: Nicolás Véliz

El Ciudadano


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