Los presidentes de Colombia, Guatemala, Perú, así como representantes de Costa Rica y Jamaica se comprometieron a acelerar acciones, que eviten un incremento de la cantidad de niños y adolescentes incorporados al trabajo infantil en Latinoamérica.
Las autoridades respondieron de este modo al llamado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para participar en el lanzamiento del Año Internacional de la Erradicación del Trabajo Infantil, informó la agencia EFE.
En un evento virtual, el director regional de la OIT, Vinicius Pinheiro, alertó que, a consecuencia de los efectos sociales y económicos de la pandemia, “en un año se puede retroceder los avances de una década” contra la explotación y el trabajo infantil.
La OIT estimó que el año pasado unos 300.000 niños y adolescentes “podían regresar al trabajo infantil por el impacto de la crisis”.
En ese sentido, pidió a las autoridades de la región a tener “un compromiso sostenido del más alto nivel para poner fin al trabajo infantil” y apostar por acciones conjuntas para enfrentar este problema multicausal.
“Es tiempo de actuar de manera decisiva para mantener lo logrado, en lugar de retroceder”, anotó Pinheiro.
A nivel mundial, el trabajo infantil se redujo en casi 100 millones de menores, entre el 2000 y 2016, y actualmente afecta a unos 150 millones de niños y adolescentes, según cifras de la OIT.
La pérdida del trabajo y el incremento del trabajo precarizado en los adultos por la pandemia, “tiene como resultado el incremento del trabajo infantil, donde muchos trabajarán solo por la comida”, anotó Sofía Mauricio, directora del programa No Somos Invisibles.
Precisamente, la pérdida de empleos como efecto de la pandemia y el incremento de la pobreza monetaria podría afectar directamente a 51,6 % de la población infantil, anotó la secretaria ejecutiva de Cepal, Alicia Bárcena.
El cierre de escuelas tiene un impacto en la seguridad alimentaria de los niños de los sectores vulnerables y estas son “condiciones que aumentan las posibilidades de incorporación prematura de los niños al mercado laboral en condiciones precarias”, indicó Bárcena.
“Al menos 109.000 a 320.000 niños podrían ingresar al mercado de trabajo sumándose a los 10,5 millones que ya están en trabajo infantil”, estimó.
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