En el país suramericano parece perpetuarse la cifra de personas que lo habitan, avanzando en un proceso de estancamiento demográfico. En un diálogo con Sputnik, el sociólogo uruguayo, Ignacio Pardo, sostuvo que el Censo 2023, quizás sea el último donde se detecte un «crecimiento poblacional relativamente significativo».
Desde hace tres décadas, Uruguay mantiene una población en el entorno de los 3 millones de habitantes. El país superó ese umbral por primera vez en 1986 y desde entonces el número ha aumentado, pero paulatinamente.
«Hay una suerte de mito en torno a que somos tres millones desde siempre», dijo Pardo. El experto aclaró que la población sí ha crecido, aunque lo hace «a un ritmo más lento que otras».
El Censo de Población, Hogares y Viviendas que inició en mayo revelará cuántos habitantes más tiene el país, que en 2011 registraba un ritmo anual de 0,19% de crecimiento desde el estudio nacional realizado en 2004.
A diferencia de otras ediciones, el presente recuento estadístico permite a las personas autocensarse online para adelantar el proceso. La misma iniciativa que fue considerada como exitosa en Argentina en 2022.
Para Pardo, este censo podría ser el último en registrar un crecimiento poblacional «significativo aunque modesto»: Uruguay está llegando al momento en que el aumento de la población será cercano a cero, advirtió el experto.
De acuerdo al también investigador de la estatal Universidad de la República, esta situación tendrá lugar cuando el número de habitantes «apenas esté por arriba de tres millones y medio».
¿Cómo se explica?
El crecimiento poblacional se da porque, más allá de lo que pueda aportar la migración, la mortalidad decrece, la esperanza de vida aumenta y la fecundidad no baja, explicó Pardo. Por el contrario, cuando la natalidad es tan baja que la cantidad de nacimientos iguala la cantidad de muertes, el número de habitantes deja de crecer: eso es lo que sucede con Uruguay.
El país enfrenta un envejecimiento demográfico: la franja etaria de 65 años y más representa el 14,1% de la población total (más de 460.000 personas). Para el experto, el nuevo censo revelará incluso que el porcentaje de adultos mayores aumentó «un poquito más» desde 2011.
Pardo define a la población uruguaya como una «que está a punto de dejar de crecer, que tiene una estructura por edades envejecida». El sociólogo dice que este fenómeno no es exclusivo de este país, sino que puede verse en otros lugares, como Japón.
«Es un proceso por el que pasan todas las poblaciones del mundo, pero Uruguay, en la región, está […] más avanzado», aseguró. En este sentido, el país tiene un crecimiento menor que otros de la región como Nicaragua, Venezuela o Argentina, según datos del Banco Mundial.
La modificación en la estructura por edades, según Pardo, termina impactando en los presupuestos destinados a la salud o a los cuidados que realizan los diferentes Estados.
¿Qué revelaciones del censo reúnen mayor interés?
Además del crecimiento a nivel nacional y la magnitud de la población, para los investigadores es crucial identificar otras variables como cuántos hombres y mujeres hay en el país, cómo se conforman los hogares —si son unipersonales, nucleares o extendidos—y dónde están, explicó Pardo
La distribución territorial de la población despierta mucho interés. De acuerdo a Pardo, la consulta nacional podrá confirmar si el país mantiene una población extremadamente urbana con relación a otras y si se concentra en Montevideo, la capital. Sobre este punto, indicó que se busca conocer cómo aumentó la cantidad de habitantes en otros distritos, particularmente en Maldonado, departamento que busca posicionarse como un centro financiero nacional y que cuenta con gran actividad debido a la ciudad de Punta del Este.
A su vez, se busca descubrir cuántos pobladores «han nacido en otros países y han llegado en los últimos años», datos que solo con encuestas o registros administrativos no se pueden conocer en profundidad. El estudio contemplará también ciertos estragos de la pandemia por COVID-19. En ese sentido, el investigador adelantó que ya se percibió un impacto en la natalidad, aunque «modesto y a corto plazo».
Fuente Sputnik
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