Las imágenes de una niña del pueblo indígena emberá que cruza a contracorriente un caudaloso río en Risaralda (Colombia), agarrada de un cable, han causado conmoción en las redes sociales, dos meses después del desplome del puente que permitía la comunicación de su comunidad con otras zonas.
La periodista colombiana Daniela Mejía publicó en su cuenta de Twitter un video en el que se observa a la pequeña, con el agua al nivel de la cintura, arriesgar su vida para atravesar las aguas torrentosas. Casi al final de trayecto, se suelta para continuar el paso a nado hasta la orilla.
A mediados de noviembre pasado, el puente peatonal de Santa Rita, que comunicaba al resguardo indígena del municipio Pueblo Rico —uno de los más pobres de Risaralda— con la zona urbana, cedió tras la crecida del río Agüita.
Su derrumbe afectó también a la población de Arenales y a la región cercana a la cordillera occidental, que une a Pueblo Rico con el municipio de Mistrató, ubicado a unas dos horas.
Sin puente aún
La caída del puente ha causado que unas 2.000 personas, de 500 familias, se hayan visto obligadas a utilizar otros trayectos para trasladarse y para llevar alimentos y productos esenciales a sus comunidades.
Dos meses más tarde de que fuera arrasado por la crecida, no ha sido reemplazado, a pesar de que el gobernador de Risaralda, Víctor Manuel Tamayo Vargas, dijo en noviembre que estaba abordando la situación con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo «para dar una pronta solución».
En la misma línea se manifestó el alcalde de Pueblo Rico, Leonardo Siágama, quien en esa oportunidad publicó en la página web de la Alcaldía que se encontraba evaluando la destrucción del paso peatonal e hizo un llamado a los organismos regionales y nacionales para que atendieran la emergencia.
Respuesta de la Gobernación
La amplia difusión del video hizo que la Gobernación de Risaralda reaccionara a través de una serie de trinos en Twitter para presentar una versión distinta a la compartida por la periodista Daniela Mejía.
En un video, el alcalde de Pueblo Rico, Leonardo Siágama, aseguró que la niña fue «obligada» por la comunidad a cruzar el río «arriesgando su vida» para grabarla y «hacer protesta porque el Estado no les ha hecho caso».
Siágama dijo que la Gobernación había destinado «un recurso por urgencia manifiesta» para su construcción, aunque no adelantó fechas ni características de la obra. Además, presentó las imágenes del ensamblaje de una garrucha o teleférico primitivo que supuestamente será instalado en la zona en 15 días, según ha dicho.
En otro tuit se afirma que la comunidad «tiene un camino para transitar en esta zona, sin necesidad de cruzar el río», pero no se adjuntaron fotografías ni especificaciones sobre las condiciones del camino y el tiempo que dura el trayecto.
Situación en Pueblo Rico
La lenta respuesta del Estado a una problemática de una comunidad indígena es un matiz más de la situación precaria que atraviesan estas poblaciones, que han solicitado en repetidas ocasiones mayor presencia de las autoridades nacionales y garantías de seguridad frente a la acción de grupos armados ilegales en sus territorios.
La violencia que vive el país suramericano ha afectado a los resguardos donde se encuentran asentadas las comunidades originarias. Organizaciones de defensa de los derechos de los indígenas han alertado sobre las presiones de las transnacionales para acceder a los recursos minerales en esos territorios, el asesinato sistemático de los líderes indígenas y la situación de vulnerabilidad causada por los enfrentamientos en esas zonas entre la Fuerza Pública, los grupos irregulares y las organizaciones criminales.
En junio del año pasado, Colombia fue impactada por otra noticia de Pueblo Rico. Una niña de 12 años, perteneciente a la comunidad emberá, fue violada por un grupo de siete soldados, que cinco meses después fueron destituidos e inhabilitados por la Procuraduría colombiana. Este caso abrió el debate sobre el abuso sexual de los menores de edad por parte de los funcionarios del Ejército.
Pueblo Rico es el municipio más pobre de Risaralda, con un nivel de pobreza multidimensional que supera el 80 %, según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Allí la mayoría de la población es indígena y afrodescendiente y se dedica principalmente a los cultivos de caña, plátano y café.
Entre las principales necesidades de la población se encuentra la creación de vías para disminuir los tiempos de traslado, la pavimentación de las calles, el acceso a la educación y los incentivos para los productores agrícolas.
Cortesía de Nathali Gómez RT
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