Vladimir Franz: El político checo que tiene todo su cuerpo tatuado

El ex candidato presidencial y actual Viceministro de Cultura de Républica Checa, ha enfrentado uno de los paradigmas más aferrados en la conciencia colectiva, la apariencia. Este pintor y músico es el primer hombre que se presentó a elecciones presidenciales con casi todo su cuerpo tatuado. Quedo en tercer lugar, pero su personalidad y carisma demostraron que para ser político no es necesario estar bien vestido, sino contar con buenos argumentos.

Vladimir Franz: El político checo que tiene todo su cuerpo tatuado

Autor: Nicolas Curi

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¿Se imagina un candidato presidencial en nuestro país tatuado? Lejos del asombro y el rechazo que podría causar en la opinión pública que un representante político tenga su cuerpo pintado, en Chile aún estamos a años luz que algún postulante que tenga estas características pueda ser tomado en serio. Pero para tranquilidad de los amantes del tatuaje y de la libre expresión, en Républica Checa se dieron cuenta que la superficie no tiene nada que ver con el fondo.

Tatuado desde la cabeza a los pies, Vladimir Franz de 53 años, ha demostrado que para comandar un pueblo y expresar una opinión argumentada no es necesario tener una mejor apariencia. «Esta es una muestra de expandir nuestro horizonte a la tolerancia. Es casi como un color de piel que yo he escogido voluntariamente», afirmó el político, que pareciera tener un color de piel que va del azul, el gris y el verde, llamativos desde la distancia.

El año 2012, Franz asumió su candidatura a la presidencia de Républica Checa, representando el partido «verde», aún cuando su tendencia no era ecologista. En los comicios celebrados el 11 y 12 de enero del reciente año en dicho país, el político tatuado obtuvo solo el 7% de las votaciones, pero su fugaz participación logró más de lo esperado. Frente a todos los pronósticos, superó las 50 mil firmas necesarias para poder inscribir su candidatura, consiguiendo en total 88 mil firmas. Alcanzó el tercer puesto, demostrando al mundo que más allá de ser un artista tatuado, sus potenciales para ser un buen político se mantienen intactas, a pesar de los prejuicios que puede tener la sociedad.

Vladimir Franz estudió artes, se graduó en la Universidad de Leyes en 1982, pero no ejerció dicha profesión, aún cuando después terminó un doctorado en la materia. Se quedó en las artes, especialidad que perfeccionó. Actualmente se desempeña como profesor de teatro en la «Faculté d’Alternative et du Théâtre de Marionnette» (Facultad alternativa de Teatro y Marionetas) en la Universidad AMU.

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En las elecciones, la gente se burló de él llamándolo «Avatar», pero este hecho jamás perturbo su mente. Franz se refiere a sus tatuajes como como un arte corporal. Su cara esta llena de tinta verde y roja sobre un fondo azul. En sus manos lleva la imagen de Jesucristo crucificado, además de un retrato del compositor checo, Bohuslav Martinu.“Un tatuaje es un signo de libertad y no tiene por qué hacerle daño a la liberta de nadie más”, añade Franz.

Su relativo éxito en la candidatura presidencial, invitó a otros políticos y a la opinión pública a pensar que lo que pueda haber sobre la piel no importa en lo absoluto, pues solo debiese ser considerado que la persona este lo suficientemente preparado para dar al pueblo lo que este necesite.

En una entrevista realizada por el medio Huffintong Post, Franz declaró que «durante toda su vida se ha pronunciado mediante la expresión artística como compositor musical y como creador, sobre la evolución del mundo, de la sociedad, del hombre y del hombre en la naturaleza».

Él crítica también a la Unión Europea, ya que considera dicho conglomerado como una «administración hipertrófica». Entre sus libros favoritos cita con gusto a «El señor de los anillos» y reconoce que «la mitad de mis composiciones de música culta están basadas en textos del Antiguo y Nuevo Testamento».

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Fuente: Huffington Post


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