«Ya no hay miedo a nadie» Una mirada libertaria sobre las protestas en Irán

La siguiente entrevista, por ALB-Noticias con apoyo de José Antonio Gutiérrez (colaborador de El Ciudadano), fue realizada a Payman Piedar, militante anarquista exiliado iraní, quien ha participado en numerosas iniciativas libertarias tanto en los EEUU como en el Perú


Autor: Wari

La siguiente entrevista, por ALB-Noticias con apoyo de José Antonio Gutiérrez (colaborador de El Ciudadano), fue realizada a Payman Piedar, militante anarquista exiliado iraní, quien ha participado en numerosas iniciativas libertarias tanto en los EEUU como en el Perú.

Además, Piedar ha sido editor de la revista anarquista Nakhdar, editada en inglés y en farsi (puede consultarse más sobre su trayectoria política y su análisis general sobre la situación iraní en la siguiente entrevista realizada por Nefac http://www.ainfos.ca/05/oct/ainfos00384.html).

En la siguiente entrevista, intentamos dilucidar, en medio de las distorsiones de los medios occidentales y de la censura de los medios iraníes, las claves para comprender lo que realmente está pasando en estos días en Irán. Si bien no estamos ante una sublevación de carácter revolucionario, al calor de la agitación social siempre crecen las probabilidades de subversión popular.

Se dice que éstas son las manifestaciones más importantes desde la Revolución de 1979… ¿ve usted alguna continuidad entre estas protestas y aquéllas?

Sí que es verdad que estas movilizaciones o manifestaciones son lo más grande y más importante desde aquella revolución de 1979. En realidad, así mismo comenzó la revolución de 1979.

El Shah, dictador y títere del imperialismo yanki, cometió el error de no aceptar ninguna crítica de su poder máximo y el pueblo, que ya estaba harto de su reinado de tantos años de represión, se levantó por fin y lo mandó al basurero de la historia.

Sí que hay una continuidad porque en realidad la revolución, o mejor dicho, la insurrección de 1979, porque en realidad no hubo revolución social sino una revolución política, un cambio del mando político de un régimen monárquico a uno religioso-teocrático, fue secuestrada por los mulahs (sacerdotes), con el Ayatolah Jomeini como jefe máximo, y en realidad comenzó otra era de sistema dictatorial.

Entonces, el pueblo anhela y se muere por la libertad como por el pan y el agua. Especialmente los jóvenes, ya que el 65% de la sociedad iraní tiene menos de 30 años y ya están hartos de ser humillados y reprimidos. Más aún, este movimiento que ya aparece como otra revolución la cual espero que continúe en estos momentos, es la continuación de la revolución constitucional de 1905 que no llegó a su fin. La libertad, aún así sea de tipo burgués y limitada, es algo que la sociedad iraní no ha tenido hasta hoy. Ojo, el gobierno democrático de burguesía nacional del Dr Mosadegh no duró más de 2 años, de 1951 a agosto del ‘53, porque los yankis y la CIA hicieron su primer experimento con la derrota de su gobierno, aún antes de derrocar a Arbenz en Guatemala en 1954.

¿En qué medida cree que las actuales movilizaciones puedan erosionar el régimen teocrático?

La respuesta a esta pregunta no es fácil. Todo depende de hasta que altura continúen estas movilizaciones. Felizmente el aura, la «dignidad», de los Mulahs, especialmente la de Jamenie, quien es el jefe religioso máximo, la continuación de Jomeini, ha sido fracturada. Ya hemos escuchado el eslogan «muerte a Jamenie» y ayer quemaron su imagen en la calle Zanjan en Teherán. Este signo es muy importante. Ya no hay miedo a nadie.

Ya es casi el momento revolucionario en que «los de abajo ya no soportan más», como decía Lenin, pero falta un poco para que «los de arriba ya no puedan gobernar». Hoy escuché que comenzó la ruptura entre los altos dirigentes mulahs en Qom, algo así como el Vaticano de los chiítas. Una facción dio la orden de arresto de la hija mayor del Ayatola Rafsanjani, uno de los Ayatolás más poderosos, ricos y corruptos; fue presidente durante 8 años entre 1989-97, y al día siguiente, es decir hoy, lo dejaron libre. Bueno, Rafsanjani tiene dos posiciones importantes en la jerarquía del poder, una de ellas es la de jefe máximo de la «Asamblea de los Expertos», que son unos 80, la cual tiene el poder de elegir o destituir al jefe máximo religioso, en este caso Jamenie.

Así que si los acontecimientos y movilizaciones continúan por unos días o semanas más, es posible que esta asamblea vote la destitución de Jamenie. ¿Que quedará en su lugar? Puede que pongan a un grupo de 8 (ya hay un rumor sobre esta posibilidad) en lugar de un dictador máximo. O, en la mejor de las hipótesis, puede que el movimiento no pare hasta la derrota total del régimen teocrático.

No olvidemos que estamos en esta tesitura porque Jamenie cometió el error fatal de aprobar la elección fraudulenta en su sermón religioso. Por eso es muy difícil que retroceda o que el pueblo acepte su disculpa. Pero la última palabra no está aún dicha. La burguesía y los jefes religiosos pueden llegar a un acuerdo a espaldas del pueblo y tratar de calmar la situación. Pero lo veo difícil.

¿Qué rol han jugado los trabajadores hasta el momento en estas movilizaciones? ¿Hay alguna posibilidad de que la protesta se capitalice según los intereses de las clases populares?

Por supuesto que dentro de estas movilizaciones hay trabajadores de diferentes sectores: Comercio, Servicios, Autónomo, Informal, Subempleo, marginal y los desempleados. Tenemos que recordar que hay un 25-35% de población sin empleo. El sector ausente, por ahora, es el sector más importante, que son el petrolero y el petroquímico, mayoritariamente ubicado en el sur del país, cerca de la zona del Golfo Pérsico. El día en que ellos paren y voten una huelga general supondrá el éxito de la revolución o, mejor dicho, la derrota completa del régimen teocrático. Para capitalizar este movimiento a favor de los intereses de las clases populares, todo depende de que este sector tan importante entre y tome iniciativa en esta movilización.

Se insiste constantemente en la movilización de la oposición, pero ciertamente los partidarios de Ahmadinejad se han movilizado en importantes números, quizás en números mayores que la misma oposición (lo cual es por razones obvias ignorado por la prensa occidental) ¿cuál es el factor que moviliza a los partidarios del régimen de Irán?

En primer lugar, los partidarios del régimen de Ahmadinejad no son más que los de la oposición. En realidad el resultado verdadero de la votación presidencial fue el siguente: Mousavi 19 millones y pico; Karrobi, otro «reformista» 13 millones y pico; Rezaie, del mismo lado de Ahmadinejad, un poco «moderado», con 3 millones y pico y Ahmadinejad ( en la foto) con 5 millones y pico de votos y los votos anulados fueron 1 millón y medio.

Los partidarios de Ahmadinejad mayoritariamente vienen de los sectores populares, que recibieron un bono extra de $50 y sacos de papas. También un sector de jubilados que justo unos días antes de la votación recibieron una alta subida de sus pensiones: antes recibían $200 y ahora $600. No olvidemos que este régimen tiene unos 3-5 millones de Jóvenes Basij, una milicia paramilitar, como las falanges de Franco en España, que son de sectores populares. Así que sus familias son básicamente pro-régimen porque reciben mensualidades. Pero hay también un sector minoritario de estudiantes de instituto y universitarios que también recibieron este bono de $50 durante la campaña electoral.

Supongo que hay un sector de clase media baja feliz porque Ahmadinejad, durante su campaña, expuso lo que todo el mundo sabía, algunos nombres de los corruptos que tienen sus propias mafias económico-políticas, como el mismo Rafsanjani. Por eso que este sector también lo apoyó.

¿Hay alguna diferencia de clases entre uno y otro bando? Hacemos esta pregunta ya que en ausencia de una alternativa revolucionaria consolidada y clara, la clase trabajadora y los pobres en general suelen movilizarse por causas conservadoras…

No hay mucha diferencia entre los bandos del poder. Todos son parte del poder burgués en general. Ninguno «representa» a la clase media en general, a su sector bajo o a las clases populares. Todos están económicamente a favor de las políticas neoliberales, privatizaciones, a favor de la OMC (Organización Mundial del Comercio), con unas diferencias mínimas sobre subsidios. Unos quiere dar un poco de dinero más frente a los pobres, mensualmente, y otros quieren dar esos subsidios vía los precios del pan, del transporte público y de los seguros.

Políticamente, sin embargo, la oposición quiere dar una imagen democrática: tolerar la libertad de expresión y no censurar o cerrar los periódicos de la oposición; no aplicar la pena de muerte para los menores; dar más oportunidades a las mujeres en el sector público; No aplicar penas de cárcel para los estudiantes universitarios radicales; dar «más» poder a las mujeres en asuntos de divorcio, etc.

Llama la atención la mesura de las palabras de Obama ante las movilizaciones, mesura que contrasta con los hurras y vivas lanzados por Bush y cia. cuando las manifestaciones de Beirut y de Kiev de hace un par de años… ¿a qué se debe esta actitud de cautela?

La posición de Obama es muy diplomática. El imperialismo yanki sabe muy bien que Irán no es Irak, Afganistán o Pakistán; ni es Beirut ni Kiev. No hay ninguna posibilidad de que puedan invadir Irán, ni siquiera durante el gobierno de Bush no hubo planes de actuar tal como en Irak, menos ahora que las cosas andan movidas. No pueden arriesgar la situación interna de Irán.

No quieren que las cosas empeoren porque al fin y al cabo es mejor tener a alguien que no interrumpa la salida de petróleo de la región… Él sabe que los Mulahs ya están hablando de que «EEUU, Inglaterra, Francia, Alemania están interviniendo en Irán…» para distraer no solamente a la opinión pública iraní sino al mundo entero, por eso Obama dijo que no quiere que se interprete que los EEUU se están metiendo en los asuntos internos de Irán. Pero ya ayer, para satisfacer a los conservadores, adelantó la siguiente nota: «que el gobierno iraní no reprima a los opositores, que no sea tan violento…»

Además los Mulahs han ayudado un montón a los yankis en la tarea de «estabilizar» la situación en Irak y Afganistán. En otras palabras, ellos, los mulahs, sutilmente, han estado muy en sintonía con los intereses geopolíticos de los yankis. Mejor no poner en riesgo esta situación muy delicada. A estas alturas, para el interés hegemónico del imperialismo yanki, Obama es la mejor carta que tienen. Bush y su política ya son historia, es pasado.

En su último viaje a Medio Oriente, Obama dio una charla en la Universidad del Cairo, capital de Egipto, tratando de dar una imagen pro islámica, no tan enemiga del mundo árabe; también visitó al rey de Arabia Saudita y a su aliado eterno, los sionistas/fascistas israelíes. Todo indica que está tratando dar una imagen de consenso y no tan confrontacional. Aunque esta política, en general, es una táctica inteligente por su parte, estratégicamente no va a funcionar en la región por el caso del conflicto israelí-palestino pues, como siempre, no se ofrece nada tangible a los palestinos.

¿Cuál cree que será el probable desenlace de esta coyuntura? ¿Pueden los sectores progresistas hacerse alguna ilusión con la oposición o es necesario forjar una alternativa propia?

Los sectores progresistas no pueden ni deben ilusionarse con la oposición existente. En primer lugar, la oposición no es laica; es islámica y pro-constitución islámica. No están en contra de la figura del «Velayate Faghie», es decir, del dictador máximo religioso. Sólo quieren tener la posibilidad de maniobrar políticamente dentro del marco de la constitución de la República Islámica, nada más. Y como el movimiento obrero no es fuerte para nada, pues no tenemos sindicatos libres, todos son controlados por el Estado, son amarillos, los progresistas sólo pueden usar esta oportunidad para crear un ambiente menos represivo, un poco más libre para respirar, organizar y desarrollar sus metas anti-capitalistas y planes de lucha a largo plazo.

Los trabajadores, los jóvenes, las mujeres, los marginales, los desempleados tienen que forjar su alianza poco a poco; crear sus afinidades, organizaciones, asambleas, consejos, y luego trabajar sus planes para su liberación final: destruyendo el Estado, erradicando el capital y limpiando su mente de todas las religiones y supersticiones. Ése será el día para celebrar.

Anarkismo.net


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