En la mayoría de casos, este se debe a malos hábitos alimenticios que fácilmente se pueden modificar en el día a día, empezando, por supuesto, por la dieta que seguimos. Así que si la acumulación de gases es algo habitual para ti y quieres saber qué debes y qué no debes comer con exactitud, acá te explicamos qué comer si tienes aerofagia.
Principales síntomas de la aerofagia
Como hemos indicado, la aerofagia es una condición que se produce cuando se traga un exceso de aire al comer. Esto, a su vez, provoca una distensión abdominal y síntomas muy molestos e incluso dolorosos que comprometen el bienestar del paciente. Entre los síntomas principales de la aerofagia encontramos: hinchazón y dolor de estómago, pesadez, eructos intempestivos, flatulencias, espasmos intestinales y reducción del apetito.
Aunque en la mayoría de ocasiones, la aerofagia puede prevenirse y calmarse realizando algunos cambios en la dieta y en la forma de ingerir los alimentos, en el caso de que sus síntomas sean muy intensos o la acumulación de gases llegue a oprimir el pecho y se presenten dificultades para respirar, será imprescindible visitar al médico con urgencia para recibir el tratamiento adecuado.
Dieta recomendada para la aerofagia
La dieta tiene un papel clave en la tarea de evitar la aerofagia y de reducir, posteriormente, los síntomas y el malestar que ocasiona en quien la padece. Se debe tener en cuenta que hay alimentos que favorecen el proceso de la digestión y que, por el contrario, otros son propensos a generar gases e hinchazón abdominal. En este apartado, detallamos los alimentos recomendados en caso de aerofagia, los cuales ayudan a mejorar la flora intestinal y previenen la formación de gases. Carnes magras: pollo, pavo, conejo, algunos cortes de ternera, cerdo y cordero con un porcentaje de grasa no superior al 10%.
Pescados no grasos como el lenguado, la merluza, el mero o el bacalao.
Verduras como acelgas, espinacas, zanahorias o calabaza; las cuales deben estar bien cocidas antes de consumirse.
Frutas como los kiwis, la piña, la papaya, la manzana y la pera (siempre sin piel).
El huevo duro o cocido, evitando consumirlo frito, revuelto o en recetas grasosas.
Tomate sin piel ni semillas.
Alimentos probióticos: yogur, leche con probióticos y queso. Estos alimentos favorecen la formación de bacterias beneficiosas para el intestino y mejoran la salud estomacal.
Leche sin lactosa o de soja, de arroz o de avena.
Infusiones digestivas como la de manzanilla, hinojo, milenrama o anís.
Abundante agua.
Dieta recomendada para la aerofagia
Qué evitar comer si tienes aerofagia
En cambio, hay otros alimentos que se deben evitar a toda costa o moderar su consumo cuando se tiene aerofagia, ya que su ingesta solo empeorará los síntomas existentes y será contraproducente para la salud gastrointestinal. Así, es importante saber que los alimentos desaconsejados son los siguientes:
Legumbres como habas, garbanzos, alubias o lentejas.
Verduras como brócoli, col, coliflor, alcachofa, pimiento verde, cebolla, ajo, maíz.
Frutas como los cítricos (limones, pomelos, naranjas y mandarinas), plátanos, ciruelas pasas, palta.
Frutas confitadas o en almíbar.
Productos lácteos en su versión entera.
Bebidas gaseosas y con cafeína.
Bollería, productos de pastelería y golosinas.
Platos o preparaciones muy grasos o condimentados.
Cereales con fibra.
Más consejos para evitar la aerofagia
No solo se deberán tener en cuenta estas recomendaciones nutricionales para aminorar los síntomas de la aerofagia, previamente se debe intentar corregir algunos hábitos diarios que ayudarán a reducir el riesgo de tener tantos gases. Toma nota de los consejos que te damos a continuación:
Debes procurar comer más despacio y masticas muy bien los alimentos antes de tragarlos, así evitarás ingerir un exceso de aire al comer.
Evitar aquellas comidas demasiado copiosas o abundantes; si es inevitable, tomar un protector de estómago previamente puede servirte de ayuda.
Manejar el estrés y aprender a estar relajado es fundamental para poder aminorar el ritmo al comer y evitar la aerofagia y el meteorismo.
Fuente: uncomo.com