El aceite es el rey de la cocina. De oliva, de girasol, de maíz, de coco… Existen muchas variedades y lo utilizamos para preparar todo tipo de platos, desde aliñar ensaladas hasta freír o asar alimentos. Sin embargo, prescindir del aceite es una buena opción para preparar comidas con sabores nuevos. Por ejemplo, ¿te imaginas cocinar carne pescado e incluso un huevo frito sin aceite? Corre a la cocina y sorpréndete de los sustitutos y alternativas que tienes a tu alcance.
Lo que necesitas
Empecemos por el principio. Antes de ponerte a la cocina debes saber los utensilios que necesitas para cocinar platos sin aceite.
Sartenes de cerámica o teflón: imprescindibles para cocinar sin que la comida se pegue.
Cacerolas/Ollas: ideales para cocinar platos al vapor.
Rejillas: para preparar comida en el horno tipo barbacoa.
Recipientes de silicona: muy útiles para cocinar al horno y para preparar platos en el microondas. Puedes preparar tortilla o huevo utilizando este tipo de recipientes.
Un wok: para cocinar todo tipo de verduras sin aceite.
Bandejas de horno, papel de aluminio y papel apto para horno: resultan de gran ayuda para evitar que se pegue la comida.
Platos que puedes cocinar sin aceite
Carne: puedes asarla al horno sobre la rejilla como si fuese una barbacoa o en la sartén, haciendo el filete vuelta y vuelta. Añade sal al final.
Pescado: puedes cocinarlo en una sartén o a la plancha. Sustituye el aceite por un chorrito de limón. Al horno, ásalo en papillote o bien al vapor sazonado con especias.
Ensaladas: podemos sustituir el aceite por zumo de limón y especias como el orégano, romero o estragón.
Huevos fritos: sustituye el aceite por agua con sal (uno o dos dedos de agua en la sartén). Cuando el agua esté hirviendo, casca el huevo y viértelo. Conviene que tapes la sartén para que se haga de manera uniforme. En apenas unos minutos estará listo.
Cocinar sin aceite es una buena opción para probar platos nuevos. Dale sabor a la comida empleando todo tipo de especias como tomillo, orégano, pimienta molida o curry. También puedes aportar jugosidad a los platos con caldo de verduras, carne o pescado, zumo de limón, salsa de soja o bebidas alcohólicas, como el vino la cerveza o el coñac.
Sin embargo, recuerda que es recomendable no prescindir totalmente de este alimento en tu dieta. Tiene beneficios cardiosaludables por su contenido de ácidos grasos monoinsaturados, principalmente ácido oleico. Además cuenta con un potente antioxidante natural como es la vitamina E. También aporta sabor, aroma y textura a la comida.
Si quieres probar nuevos sabores opta por cocinar estos platos sin aceite, pero si quieres perder peso, simplemente modera las cantidades en tus platos.
Fuente: WH/