Científicos del Laboratorio de Investigación en Trombosis de la Universidad de Talca determinaron que el residuo del tomate (tomasa) tiene un considerable efecto antiplaquetario y antitrombótico.
Según informa El Mercurio, el equipo buscaba dichos efectos a partir de sustancias presentes en un producto natural, de modo que desagregara las plaquetas unidas hasta formar un trombo en las paredes de vasos sanguíneos.
«Comenzamos a buscar entre las frutas y hortalizas qué extractos y compuestos inhibían la función de las plaquetas. Básicamente porque se tenían antecedentes de que la dieta mediterránea, que es rica en frutas y hortalizas, previene la trombosis comparativamente con quien no a consume», explicó a El Mercurio el académico a cargo de la investigación, Iván Palomo.
El científico explicó que provocan una trombosis en la arteria mesentérica de un ratón con un sistema láser y mediante moléculas de tomate, consiguen inhibir la trombosis en un cierto porcentaje. En este sentido, consideraron tres situaciones: un trombo tratado con suero fisiológico como placebo, otro al que se le administró aspirina y al tercero los residuos de tomate o tomasa.
«A los 60 minutos (de aplicar láser) aparece un trombo que cubre toda la arteria. La aspirina inhibe del orden de un 90% del trombo y la tomasa lo inhibe alrededor de un 40%”, precisó Palomo.
Eso sí, los científicos no buscan crear un fármaco, sino fomentar el consumo de tomate. “La inclusión de estas moléculas en los alimentos funcionaria de manera similar a la fortificación de las harinas con hierro, una medida que adoptó el país para paliar los indices de anemia”, afirmó Iván Palomo.