Cinco razones lo suficientemente convincentes como para que no vuelvas a tomar leche

Sabemos que a varios de ustedes les gusta la leche

Cinco razones lo suficientemente convincentes como para que no vuelvas a tomar leche

Autor: CVN
CVN

Sabemos que a varios de ustedes les gusta la leche. Pero acá estamos convencidos de que no es buena para ti y hemos recopilado una serie de argumentos que creemos son lo suficientemente convincentes como para que la dejes de lado como a una mala amante. Habría que partir por el supuesto de que ya evolutivamente debiese ser antinatura que seamos los únicos mamíferos que toman leche a los 50 años. Por favor.

  1. Las vacas están viviendo la vida loca y no comiendo saludablemente. Y no es broma, las vaquitas pertenecientes al modelo industrial de producción de leche, en su gran mayoría, están hormonadas y llenas de antibióticos, subsisten en diminutos espacios comiendo cualquier otra cosa menos pasto y por si fuera poco, gracias a ello, la leche que luego consumimos aumenta un tipo de componente en la insulina de nuestro cuerpo, el factor-1 (IGF-1), que produce cáncer. Así que a no ser que usted tenga la vaca en el patio, no se tome esa leche.
  2. Es mentira que la leche tiene altos contenidos de calcio. Fíjense ustedes que las vacas que necesitan calcio, porque claro, hacen leche, lo único que deben comer es pasto. Traducción para los cuadrúpedos: Todos los vegetales verdes tienen más calcio que un vaso de leche. Además, hay tabletas que suplen inmediatamente cualquier falta en caso de emergencia.
  3. Por lo tanto, no previene las enfermedades que uno pensaría, como la osteoporosis. Está demostrado que nada tiene que ver su prevención con el consumo de leche; en países como Estados Unidos, 30 millones de mujeres padecen osteoporosis o enfermedades de articulaciones habiendo consumido leche de forma diaria. La pérdida de hueso se debe al exceso de proteínas de origen animal y no solo al déficit de calcio como se cree.
  4. A nadie se le había ocurrido pensar que los adultos ya no necesitan leche materna y menos de la mamá de otros animales para crecer. Ser intolerante a la lactosa, es la prueba fehaciente de que la naturaleza es sabia y que la evolución hace su trabajo como debe. El azúcar en la leche (lactosa) es muy difícil de digerirya que cuando una persona llega a la edad de dos años, los intestinos elaboran menos lactasa, una enzima necesaria para absorber y digerir la lactosa. Esta disminución en la producción de lactasa en los humanos sucede cuando ya no es necesaria la ingestión de leche materna para el crecimiento. Cuando consumimos leche o productos lácteos animales, es muy probable que la lactosa se fermente en los intestinos causando problemas digestivos como hinchazón, gases y otras dificultades serias.
  5. Hay cosas que simplemente no se deben compartir, y una de ellas es la leche de nuestras madres. Lo mismo dicen las vacas. La leche animal contiene una perfecta combinación de minerales designados para ayudar a madurar al sistema digestivo de sus crías.Este sistema digestivo les permitirá digerir correctamente los nutrientes del pasto y hierbas. Las vacas cuentan con un estómago configurado por cuatro cámaras y regurgitan, mastican y tragan sus alimentos varias veces antes de digerirlos. Tienen un aparato digestivo muy diferente a los humanos y por lo tanto tienen diferentes necesidades. Cuando consumimos leche, estamos ingiriendo los minerales y químicos que las vacas necesitan en su sistema y como nuestras dietas son diferentes, estos químicos y minerales perturba nuestra digestión y afecta la absorbición de los nutrientes presentes en nuestras dietas.

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