¿Estás harto de que el pan se ponga duro? Puede sonar raro, pero es un problema que afecta a diario a todo el mundo. Sí, puedes hacer pan rallado o unas deliciosas tostadas ultra-crujientes, pero muchas veces nos apetece comer un pan tierno y esponjoso como recién hecho.
Pues con este truco, sencillo y rápido estás de suerte, lo único que necesitas un poco de agua y atreverte a mojarlo con, por ejemplo, una jarra. No empapes del todo el pan, ya que hay que hacerlo con mucho cuidado: necesitamos solo algo de humedad en el exterior, si no lo vamos a echar a perder.
¿Y después? Metemos el pan humedecido en el horno a la máxima temperatura, menos de 10 minutos, lo suficiente hasta que veamos que está hecho. Verás como sale tierno y crujiente, casi como recién hecho.
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Vía: Elegí mal día