Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), estructuras sociales comunitarias fomentadas por el Gobierno de Venezuela para contrarrestar los efectos del bloqueo económico promovido por el gobierno de los Estados Unidos, ha impedido el colapso social en el país suramericano.
Este punto de vista lo sostuvo Yepfri Argüello, jefe nacional de los Comunicadores CLAP, sistema informativo concebido para afrontar la guerra comunicacional contra esta estructura de abastecimiento y producción, en la que participa activamente el pueblo venezolano.
“Si los Clap no hubiesen sido creados probablemente ya se habría producido un colapso social en el país por falta de alimentos, así como también seguramente hubiese sido derrocada la revolución bolivariana”, aseveró Argüello, durante una visitada realizada a Barquisimeto, ciudad del centro-occidente venezolano, situada 365 kilómetros de la capital.
Dijo que los CLAP “se han convertido en una herramienta política y de protección alimentaria del pueblo venezolano”, ya que que distribuye y produce alimentos regulados, en medio de la hiperinflación inducida por sectores económicos y políticos de la derecha internacional, en alianza con la venezolana.
Estos comités, dijo, “van más allá de la entrega de una bolsa (mensual con productos alimenticos básicos a precios regulados). Es parte de la esencia organizativa del pueblo, una estrategia novedosa para que el mismo pueblo distribuya y produzca sus alimentos”.
Evitaron la pobreza extrema
Claudio Rivero es un joven venezolano de 19 años de edad, habitante del sector La Sábila, en el norte de Barquisimeto. Rivero, estudiante universitario de Construcción Civil y comunicador popular CLAP en el sector H de su comunidad, dijo que estas estructuras sociales “han evitado la pobreza extrema en Venezuela”.
“Muchas familias de mi comunidad y de las comunidades donde hay CLAP, han logrado enfrentar la crisis”, provocada en buena medida por el bloqueo internacional, las sanciones financieras, la hiperinflación inducida y el dólar paralelo, especulativo e ilegal, que afecta severamente la economía venezolana y a su pueblo, especialmente en el acceso a los alimentos y a las medicinas.
En una gran cantidad de núcleos familiares “de mi comunidad (y en otras comunidades de Venezuela) los CLAP son un apoyo, un sostén, un cimiento para poder aguantar las agresiones” económicas contra el pueblo.
Explicó que su labor como Comunicador CLAP consiste en “informar a través de las redes sociales (y otras plataformas comunicacionales populares) sobre los mecanismos de distribución de alimentos y la producción”.
Dijo que “es una labor que la cumplimos para informar y comunicar verazmente, y contrarrestar la guerra informativa de la derecha en contra de esta organización y de toda iniciativa de la revolución” bolivariana.
Democratizar la comunicación
El Comunicador CLAP tiene cinco tareas fundamentales, precisó el coordinador nacional de esta iniciativa informativa, Yepfri Argüello.
“Informar, comunicar, formar, visibilizar y defender los logros de la revolución desde el territorio”, enumeró Argüello. En este congreso itinerante “analizamos y debatimos cómo democratizar más la comunicación para defender al pueblo, al país y a la revolución”.
En Venezuela existen 32.000 comités locales de abastecimiento y producción de alimentos y otros bienes esenciales. Se proyecta que cada comité tenga su comunicador popular CLAP. “En este momento tenemos 10.000 comunicadores CLAP registrados, estamos avanzado para que cada comité tenga el suyo”, dijo Argüello.
Para estos fines, precisó, el gobierno venezolano suministra teléfonos móviles a los comités para que cumplan con la tarea comunicacional. También afinan otros mecanismos de información y comunicación en los sectores populares de Venezuela.