Puede que el método parezca curioso para los hábitos del ciudadano promedio de Buenos Aires, pero no está mal apuntar a cambiar ciertas costumbres. Y, así como el consumo per cápita de carne no para de subir y también el de chocolates y golosinas, las autoridades porteñas buscaron un modo diferente de promover mejores hábito alimenticios: las máquinas expendedoras de frutas.
Al igual que las conocidas expendedoras de golosinas, las máquinas ubicadas en distintos puntos de la Ciudad buscan concientizar y facilitar el acceso a distintas variedad de frutas. Por supuesto que no se busca competir con las verdulerías que ya de por sí existen por toda la metrópoli porteña, pero sí se pretende que cada vez que la gente se acerque a los puestos de salud o bien a tomarse la presión o bien a arrendar una bicicleta, vea que hay una opción saludable para paliar el hambre o la ansiedad.
“Ahora además de hacerte un chequeo gratuito de presión, glucemia, talle y peso, podés llevarte una fruta fresca y seguir con tu día”, expresaron las autoridades del Gobierno de la Ciudad. Aún se desconoce el precio de la fruta en cada máquina, pero es de esperar que sea accesible, con la intención de que sea una opción real frente a la oferta llena de harinas, calorías y manteca de los kioscos.
Las Estaciones Saludables, ubicadas en distintas plazas y parques de Buenos Aires, son espacios de cuidado y promoción de la salud que apuntan a que los vecinos pueden realizar consultas sobre su estado de salud, recibir consejos sobre nutrición y realizar actividad física. Más allá del éxito de la idea, o de la reacción que los porteños puedan tener hacia quienes los gobiernan, es loable intentar generar una conciencia social sobre la importancia de estar sano, cuidarse y vivir mejor. Y la fruta ayuda a todo eso.
Fuente: Buen Diario
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