La pandemia de la obesidad es uno de los más preocupantes problemas de salud pública que existen en nuestro país. A nivel latinoamericano, Chile es uno de los países con la mayor prevalencia de obesidad infantil. De hecho, cifras recientes del Mapa Nutricional Junaeb 2020 establecen que esta alcanza el 25,4% de los niños y las niñas.
En Chile existen bastantes evidencias que, a nivel individual, describen la asociación de diferentes factores económicos, demográficos, familiares, de salud etc., con la obesidad infantil. No obstante, el país no cuenta con información a nivel comunal que agrupe estos distintos factores con el fin de visualizar las diferencias territoriales, asociadas a la desigualdad socioeconómica, en el riesgo de obesidad infantil.
Por eso, un equipo de investigadores del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), liderado por la profesora Juliana Kain e integrado por los académicos Yasna Orellana, Gerardo Weisstaub y Moisés Sandoval, realizó una investigación que les permitió establecer un indicador llamado IROBIC, que logra sintetizar estos factores. Se trata de un Índice de Riesgo de Obesidad Infantil Comunal, y el objetivo fue evaluar las comunas de la Región Metropolitana y Valparaíso en base a este riesgo.
“Lo que tratamos de hacer en el IROBIC es contar con la posibilidad de que sea útil para determinar qué áreas son prioritarias en las intervenciones, de modo de colaborar con las políticas públicas para reducir la obesidad infantil en los territorios”, explicó el profesor Weisstaub.
Para la elaboración del IROBIC se utilizaron datos secundarios provenientes de diferentes fuentes oficiales del país. Los datos corresponden a indicadores levantados el año 2019 o a un período anterior (prepandemia). El Índice se compone de cuatro dimensiones: salud, socioeconómica, entorno educacional y comunal.
“Es una metodología estándar en que se definen dimensiones que incluyen los indicadores que se correlacionaron con obesidad infantil. Por análisis estadístico, cada dimensión tiene una ponderación y a su vez cada indicador tiene una ponderación dentro de cada dimensión”, puntualizó la profesora Kain.
Primeros resultados y recomendaciones
Una de las principales conclusiones del estudio es que los valores más altos se observan en las comunas con alta proporción de población en situación de pobreza. Se observa que de las 10 comunas con IROBIC más altos, es decir mayor riesgo, 8 de ellas son de la Región Metropolitana. Las dos primeras, Cerro Navia y La Pintana, tienen una proporción alta de población vulnerable.
Por otro lado, en las 10 comunas con menores IROBIC que, coincidentemente son las comunas con población de mejor nivel socioeconómico, se observa que los puntajes en todas las dimensiones son similares. Esto indica una menor variabilidad en los indicadores que componen esas dimensiones, y que los resultados en prácticamente todas las dimensiones e indicadores tienden a ser estables y mejores que el resto.
Si bien el determinante de mayor riesgo de obesidad infantil es la situación económica de la familia, la cual es difícil revertir en un plazo corto, el IROBIC contiene información que es más susceptible de cambios a nivel comunal, por ejemplo, los indicadores referidos a entorno comunal y educacional.
De esta forma, para aquellas comunas con mayor riesgo según IROBIC, es posible recomendar a los municipios que implementen acciones preventivas en aquellas dimensiones que además muestran los peores puntajes. “Nuestros resultados no escapan a los efectos de la alta desigualdad económica. Sin embargo, se pueden mejorar con medidas concretas que permitan evitar que la obesidad infantil siga aumentando”, concluye Juliana Kain.
En la siguiente etapa del proyecto, los investigadores esperan “que IROBIC pueda detectar qué aspectos de cada comuna debería poder modificarse para poder ayudar a cambiar el riesgo de obesidad”, según explica Gerardo Weisstaub. Por eso, en el corto plazo se realizará un estudio de georreferenciación en algunas comunas, identificando los locales de comida y las plazas o parques en un radio de 400 metros alrededor de las escuelas para establecer las correlaciones correspondientes.