Actualmente existen distintas tendencias alimenticias (dietas) que persuaden a la población a seleccionar, preparar y consumir alimentos a un ritmo diferente al habitual, conllevando al deterioro de la salud y generando un problema público silencioso a escala mundial.
Así lo indicó la estudiante de nutrición en la Universidad de Los Andes (ULA), Venezuela, Nazareth Vielma, quien en una investigación señaló que ha habido un incremento en la cantidad de personas que padecen enfermedades no transmisibles (ENT).
La estudiante en su ensayo, citó el informe de la Organización Mundial de la Salud (2018), donde se detalla que “las enfermedades no transmisibles matan a 41 millones de personas cada año, lo que equivale al 71% de las muertes que se producen en el mundo.
Asimismo, el texto plantea que «las enfermedades cardiovasculares constituyen la mayoría de las muertes, seguidas del cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes”.
Vielma señaló en su estudio, que la mayoría de las enfermedades son tratadas con fármacos que generan efectos secundarios nocivos para la salud y a la larga terminan ocasionando más daños en las personas, debido a que la mayoría de los medicamentos son metabolizados en el hígado y resultan ser altamente tóxicos para el organismo.
Recordó que las ENT así como los trastornos mentales “suponen una enorme carga de morbilidad en las sociedades.
«La depresión afecta por sí sola a 300 millones de personas, y es la principal causa de discapacidad en todo el mundo», citó a la OMS.
Por otra parte, se refirió a la poca formación de los médicos en el área de la nutrición y alimentación, ya que se dedican sólo a curar y tratar de forma paliativa los padecimientos, sin considerar el estado nutricional del paciente, que es parte vital del proceso de recuperación.
Otro de los puntos a considerar para preservar la salud es la administración de vitaminas y nutrientes esenciales que actúan en la síntesis de proteínas, la disminución de radicales libres, el control de glicemia y el reforzamiento del sistema inmunológico.
«Esto quiere decir que nuestro cuerpo tiene su propio mecanismo de curación para cada una de las enfermedades siempre y cuando existan los recursos necesarios que son brindados a través de la alimentación sana y orgánica», acotó la estudiante de nutrición.
Cuestionó que los derechos a la salud, a la vida y a la educación de calidad han sido vulnerados por restricciones a la investigación en el tratamiento de las enfermedades de una manera saludable, inocua y sin efectos adversos.
A esa debilidad se suma el poco desarrollo agrícola que le impide a la población disponer deopciones alimentarias asequibles y saludables.
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