Nuestro sistema de producción de alimentos en retroceso

Este lunes 16 de enero se discutirá y votará en la Cámara de Diputadas y Diputados el proyecto de ley que busca modificar el Código Sanitario, definiendo el concepto de “carne” y prohibiendo su uso para productos de origen vegetal.

Nuestro sistema de producción de alimentos en retroceso

Autor: Absalón Opazo

Por Cristian Apiolaza, director legal de Fundación Vegetarianos Hoy

Este lunes 16 de enero se discutirá y votará en el Pleno de la Cámara de Diputadas y Diputados el Proyecto de Ley Boletín N°12599-01 que busca modificar el Código Sanitario, definiendo el concepto de “carne” y prohibiendo su uso termino para productos de origen vegetal. De aprobarse, pasaría al Senado.

Quienes patrocinan este proyecto de ley -UDI, RN y Republicanos- manifiestan que el objetivo es proteger al sector de producción de carnes de una compleja situación económica y, también, proteger a las y los consumidores a quienes se les confundiría al querer venderles proteínas vegetales en vez de carnes. Pero nada de esto es cierto.

Respecto del primer punto, mientras países como EE.UU. han establecido dentro de su política de seguridad alimentaria la importancia de la investigación y desarrollo de “fuentes alimentarias sostenibles y seguras, incluida la innovación alimentaria y el desarrollo de proteínas alternativas” (Proyecto de Ley H.R. 8894), y países como Canadá, Singapur, Israel, Australia, Dinamarca y Países Bajos realizan importantes inversiones públicas para el desarrollo de este sector, el proyecto chileno, sin ninguna visión de futuro, empuja a los productores de carne nacionales a la Edad Media de la producción de alimentos.

Y, además, en vez de ayudarles a transitar y ser parte de nuevos sistemas de producción de alimentos, simplemente no se hace cargo de los cada vez más evidentes efectos del cambio climático en esos mismos productores.

Sobre el segundo punto, no existe evidencia científica que establezca una confusión entre los consumidores: de hecho, los patrocinadores de este proyecto fueron incapaces de probar este punto en la discusión que se dio en la Comisión de Agricultura. En cambio, hay al menos seis informes internacionales que establecen que los consumidores no se confunden al momento de realizar sus compras entre alimentos de origen animal y origen vegetal (EE.UU., 2020; Alemania, 2020; Unión Europea, 2021; España, 2021; Portugal, 2021; y Australia, 2022).

A esto, se suman durante el 2022 el fallo de la Corte de Justicia más importante de Francia que hace mención a que no se justifica este tipo de prohibiciones y el fallo de la Corte Administrativa de Suiza mencionando que los consumidores son capaces de reconocer que los productos son alternativos de la carne, aunque usen términos como “pollo” u otros.

Finalmente, y teniendo presente el actual contexto de crisis climática, este proyecto busca proteger -y ese es su único objetivo- a un sector productivo (industria de la carne) por sobre otro (producción de proteínas vegetales), resguardando precisamente los intereses de un sector que tiene una relación directa con los mayores indicadores de impacto ambiental.

Por lo tanto, el llamado es, en base a argumentos científicos y no opiniones personales de los legisladores, regular la convivencia de ambos sectores productivos, pero al mismo tiempo transitar e innovar en un sistema más sostenible de producción de alimentos en base a proteínas vegetales. Por ello, votar a favor de este Proyecto de Ley es un peligroso retroceso para nuestro país.


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