La declaración de Cuenca de la tercera Cumbre Mundial de Regiones Hambre Cero que se desarrolló en Ecuador, presentará 21 propuesta al Sistema de Naciones Unidas, una de ellas es la creación de una plataforma internacional de cooperación horizontal y descentralizada donde articulen las iniciativas de seguridad y soberanía alimentaria en el mundo.
El documento originado en el encuentro de Ecuador se exhorta a los gobiernos regionales y nacionales para que promuevan programas de dotación de infraestructuras de comercialización, agua, riego y saneamiento en los territorios así como asistencia alimentaria a poblaciones vulnerables ante emergencias mediante las compras públicas directas de alimentos de organizaciones de agricultores.
También se señala que los gobiernos deben implementar políticas de acceso para que los pequeños productores a fin de trabajen la tierra, cuenten con suministro de agua, reproduzcan las semillas, así como puedan adquirir las tecnologías para la siembra, el financiamiento, las infraestructuras acorde a la producción y el acceso a los mercados.
El texto de la declaratoria se elaboró luego de que 117 expertos nacionales e internacionales evaluaran la problemática del hambre y la desnutrición, evento al que asistieron nueve expresidentes de latinoamérica, los cuales coincidieron en que la educación es de vital importancia para mitigar la hambruna.
La cumbre que finalizó a finales de la tarde de este sábado en la capital de Azuay con la participación de 2500 representantes de 35 naciones y representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) y cátedra de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), con la finalidad de que se ejecuten políticas, acciones, programas y proyectos concretos en beneficio del desarrollo territorial.
Igualmente, los asistentes contemplaron en la declaratoria el diseño de un plan de acción que responda a los lineamientos de esta cumbre y al Sistema de Naciones Unidas, así mismo el reto de llegar en 2030 a la erradicación de la pobreza y el hambre que son antagónicos a los nuevos modelos de producción, transformación y consumo.
Otrora de las demandas de gran envergadura e inherente al ser humano es importante considerar a todas las personas como sujetos de derecho a una alimentación adecuada, sin distinción étnica, de género y de exclusiones territoriales, vinculadas a acciones corresponsables que integren a todos los sectores involucrados.