Cerca del 60% de los encuestados preferirían comer un chocolate antes que tener sexo. Casi 1 de cada 2 personas cree que, además de delicioso, puede ser afrodisíaco. Alrededor del 70% de las mujeres tiene antojos de consumirlo. Créase o no, así concluyó un estudio realizado entre 1.000 personas y encargado por Princess Cruises, empresa de cruceros que ofrece viajes para fanáticos de este alimento.
¿Por qué nos da tanto placer?
“El chocolate contiene teobromina y feniletilamina, sustancias estimulantes del deseo sexual. Su textura incrementa sensaciones placenteras en la mucosa de la boca y se convierte en un excelente recurso para empezar a conectarse con las otras sensaciones eróticas que se activan en el resto del cuerpo”, le explica a Entremujeres Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.
“El sexo necesita de este registro sensorial que aporta el propio cuerpo para poder sentir el cuerpo del otro. Por lo tanto, el chocolate es ideal para potenciar el deseo y concentrar la atención en la experiencia sexual de pareja, o también para masturbarse”, continúa el especialista. Y aclara: para obtener estos beneficios, lo mejor es elegir un chocolate amargo.
Afrodisíacos: del mito a la verdad
“Existen varios alimentos afrodisíacos y el chocolate es uno de ellos”, reconoce Mariana Acebal, nutricionista del Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravenna. Por ser un fuerte estimulante, es capaz de activar puntos sensitivos del ser humano y generar altas dosis de placer. “Puede ser muy aprovechado en una velada romántica”, sugiere.
La licenciada nos explica que el cacao posee aminoácidos como el triptófano, que favorece la producción de serotonina, un neurotransmisor que lleva a una señal nerviosa que produce felicidad, tranquilidad y sedación. También cuenta con feniletilamina, que activa receptores cerebrales que producen placer y bienestar.
“El chocolate es el alimento que más se acerca a la definición de alimentos afrodisíacos”, agrega la nutricionista Alejandra Raichuni. “Científicamente, no está comprobado que un alimento en sí mismo sea afrodisíaco, sino que hay otros muchos factores que influyen en que ese alimento estimule el deseo sexual. Entre ellos encontramos la compañía, el entorno, el lugar y la hora donde se realiza el encuentro. Tomar un chocolate y darle de comer en la boca a la pareja puede aumentar la libido, pero parar apurado en un kiosco, comprar un chocolate y comerlo caminando hacia el trabajo no despierta el mismo deseo”, aclara.
“El sexo puede frustrar, el chocolate no”
La conexión entre chocolate y sexualidad también puede analizarse desde otra área: la psicología. La licenciada Berta Spaini señala que el chocolate como afrodisíaco opera como satisfactorio en sí mismo y no solo como estimulante a nivel sexual. ¿Cuál es la diferencia? “La capacidad del chocolate para tener efectos sobre los centros del placer es muy rápida y efectiva. No podríamos decir lo mismo de los encuentros sexuales entre las personas”, opina.
“En la ingesta de alimentos cargados de palatibilidad hay una satisfacción que no requiere de ningún otro esfuerzo por parte de la persona. Cuando la satisfacción de uno necesita de otro o de varios otros, la cosa se complica. Este es el caso de los encuentros sexuales”, continúa. “Las relaciones sexuales tienen la complejidad propia de las relaciones humanas, incluso en las más esporádicas y efímeras. No son de satisfacción garantizada, pueden frustrar. El chocolate no”, concluye la especialista