Últimamente escuchas y lees a menudo la palabra superalimento. ‘¿Y esta nueva invención?’, seguramente te hayas preguntado. Pues es el término que los especialistas en nutrición utilizan para denominar a aquellos productos especialmente saludables para nuestra dieta. Además de cuidar de nuestro sistema digestivo, aportarnos energía, actuar como antiinflamatorios e inundar nuestras células de importante nutrientes que a menudo escasean en el organismo, algunos de estos alimentos de gama superior pueden ayudarnos a cuidarnos por dentro y por fuera acelerando la quema de grasas.
“Hay algunos superalimentos que son multitarea” explican los expertos en la dieta Paleo Kellyann Petrucci y Patrick Flynn, quienes recogen en ‘Dummies’ una decena de los que deberíamos incluir en nuestros menús diarios si queremos perder peso.
1. Huevos
Los huevos orgánicos de corral están llenos de vitaminas y minerales, como la biotina o la colina, nutrientes esenciales para la síntesis y quema de grasas: la primera, convirtiendo aquello que ingerimos en energía, y, la segunda, deshaciéndose del colesterol malo.
Es uno de los alimentos con mayores niveles de proteínas –entre 6 y 7 gramos por unidad–, por lo que nos ayudan a sentirnos saciados y nos aportan la energía necesaria para mantenernos activos. Además, los huevos son una buena fuente de grasas saludables y, lo mejor, apenas tienen calorías: se calcula que uno frito tiene alrededor de 93 calorías y un huevo duro alrededor de 76 calorías.
2. Alimentos fermentados
Los lácteos y otros productos fermentados son ideales para mantener nuestro intestino saludable, lo que se traduce en que nuestro organismo se quede solo con lo necesario y pueda eliminar las grasas malas que luchan por almacenarse en tu vientre y muslos.
Ante la cada vez más común intolerancia a la lactosa, hace tiempo que los expertos recomiendan el consumo de verduras y frutas que hayan pasado por un proceso de fermentación, ya que durante éste se enriquecen sus nutrientes, sobre todo las vitaminas de los grupos B y C. Más allá del chucrut o el kimchi, Petrucci y Flynn recomiendan fermentar nosotros mismos otras hortalizas como remolacha o zanahoria.
Y si le vas a dar a los lácteos, procura siempre que no sean desnatados: “Tienen que ser productos con toda la grasa, como la mantequilla, el yogur, el kefir o el queso. Así estaremos obteniendo grasas saludables y el ácido linoleicoconjugado que deriva de la fermentación, cuyos efectos curativos son tremendos”, añaden los expertos.
3. Leche de coco
Alimento especialmente recomendado para quienes practican deporte, como ocurría con los lácteos, debe consumir con toda su grasa porque es la única forma de obtener los mejores niveles de ácidos grasos saturados y triglicéridos de cadena media (TCM), que el cuerpo quema como combustible fácilmente cuando realizamos ejercicio.
Además, la leche de coco es un sustitutivo ideal de la leche entera o el yogur. ¿Tienes intolerancia a la lactosa? En este producto tendrás una interesante alternativa que además ayuda a delgazar. Eso sí, procura siempre escoger aquella que contenga toda la grasa porque en las ‘light’ están, simplemente, aguadas.
4. Carnes orgánicas
Como probablemente no te sorprenda leer, la carne de ternera, cordero o cabra que hayan sido alimentados con pastoson mucho más saludables. “Gracias a ellas se obtienen los nutrientes adecuados para realizar un entrenamiento realmente beneficioso consiguiendo que nuestro cuerpo se recupere más rápidamente”, asegura Flynn.
Tienen menos grasa, colesterol y calorías que las procesadas, por descontado, pero además en ellas podemos encontrar mayores niveles de vitamina E, beta caroteno, vitamina C y un número importante de grasas saludables, como los ácidos grasos omega-3 y el ácido linoleico conjugado.
5. Caldo
No hablan de cualquier sopa. Un caldo hecho con huesos de animales –pollo o ternera, por ejemplo–, verduras y alguna hierba aromática es, en realidad, un superalimento ideal para adelgazar: reduce la inflamación, ayuda a curar infecciones, refuerza nuestro sistema inmune, mantiene nuestros huesos saludables, ayuda al intestino a trabajar mejor e incluso tiene un efecto relajante para el organismo. ¿Creías que sólo servía para entrar en calor en los meses de invierno? Inclúyelo en tu dieta y notarás los resultados.
6. Cecina
Acompañar nuestra dieta saludable de algo de ejercicio es fundamental para conseguir perder algo de peso, y lo sabes. Lo que ocurre normalmente es que después del entrenamiento nos entra un hambre voraz y necesitamos un buenchute de energía. Pero no sabemos qué llevarnos a la boca para no cargarnos el régimen de una atacada.
Un aperitivo ideal para estos momentos, como recomiendan los expertos, es la cecina. Aunque quizás pensabas que se trataba de un embutido, y como tal, era una opción ‘grasosa‘ total, resulta que apenas tiene grasas, es relativamente baja en calorías (unas 232 calorías por cada 100 gramos, algo más del doble de lo que te comes en una ración normal) y muy alta en proteínas. ¡Y encima está riquísima!
7. Casquería
Si quieres perder peso, consumir proteínas será una de las mejores formas de llenarnos de energía y sentirnos saciados y, por tanto, comer menos y apenas tener tentaciones de picar entre horas. Los riñones, el hígado o el corazón de vaca o cerdo, coloquialmente conocidos como casquería, son un alimento altamente nutritivo que deberías incluir en tu alimentación habitual.
“Las vísceras tienen una alta concentración de vitaminas liposolubles y son una de las mejores fuentes de vitamina D, los órganos de algunos tipos de carne también contienen ácidos grasos esenciales que son ideales para el desarrollo del cerebro y el mantenimiento de la membrana que recubre nuestras paredes celulares”, aseguran los expertos. Déjate de ‘iucks’ y empieza a comerlos, hay infinidad de recetas en las que puedes añadirlos.
8. Frutos del bosque
Fresas, arándanos, moras y frambuesas son bajas en fructosa (fenomenal, porque la idea es mantener estos niveles bajos y evitar picos de azúcar en sangre), ricas en antioxidantes, sobradas de nutrientes esenciales como la fibra y apenas tienen calorías (unas 50 calorías por cada 200 gramos). Y sí, ayudan a adelgazar. ‘¿Pero cómo?’, puede que te preguntes. Porque los frutos del bosque contienen ciertos flavonoides que aumentan la producción de adiponectina, una hormona que estimula la quema de grasas.
Ya, no en todas las ciudades encontramos puestos en los que se venden estas bayas silvestres recién recogidas, pero no te alteres porque también está la opción de comprarlas congeladas y están igual de ricas si las mezclas con el yogur, las añades a los cereales o te las comes solas como aperitivo.
9. Batata
Un superalimento súper nutritivo, valga la redundancia, bajo en calorías, alto en fibras y con un alto contenido de agua. De hecho es uno de los que más fans está consiguiendo. Y no es de extrañar teniendo en cuenta que contienen másbetacaroteno (el responsable de que tengan ese brillante color naranja), que actúan como antioxidantes protegiendo nuestro sistema inmune, el cardiovascular e incluso ayudándonos a prevenir ciertos tipos de cáncer como el de pulmón o estómago. Ahí, es nada.
10. Aceite de coco
Siendo francos, los beneficios del aceite de oliva le dan bastantes vueltas a este producto, pero nunca está de más probar cosas nuevas. Con propiedades antibacterianas, antienvejecimiento y otras antiinflamatorias que nos ayudan a reforzar nuestro sistema inmunológico hasta el punto de que se le ha relacionado con la prevención de enfermedades graves como las cardiovasculares. Su sabor cremoso convierte al aceite de coco en un buen sustituto de la margarina o la mantequilla para hacer postres.