Antes de que la humanidad saliera de la órbita terrestre, y antes de que el hombre pusiera un pie en la Luna, nuestros amigos de cuatro patas (y a veces sin patas) probaron la experiencia de salir de la Tierra. Un montón de animales, desde perros y gatos e incluso chimpancés, hasta gusanos y ranas, viajaron al espacio exterior a bordo de varios cohetes. Al principio, los astronautas a menudo adorables eran un medio para probar la capacidad de lanzar un organismo vivo al espacio y traerlo de vuelta con vida, aunque varios animales han sido enviados al espacio para probar otros fenómenos, incluyendo el mareo y la radiación, explican Jeanna Bryner y Tia Ghose en LiveScience de donde retomamos la lista d elos 10 animales que han ido al espacio:
1. Casa de fieras espaciales: Desde la década de 1950, varios países han enviado al espacio peces, roedores –incluyendo la rata argentina Bellisario– la tortuga y el conejo soviéticos: Horsfield y Marfusa, y los ratones Amy y Sally: patrocinados por Estados Unidos. ¿Qué hemos aprendido de estos animales en el espacio? Resulta que peces y renacuajos nadan en bucles en lugar de líneas rectas, porque no hay arriba o abajo en la microgravedad para orientarlos, según la NASA. Mamíferos bebe, al parecer, pasan tiempos difíciles en los viajes espaciales, mientras flotan, las criaturas peludas no pueden acurrucarse para calentarse como lo hacen normalmente, también tienen dificultades para localizar los pezones de su mamá, por lo que el cuidado resulta complicado.
Peces cebra en la EEI de la agencia espacial japonesa JAXA.
2. Laika: El 3 de noviembre de 1957, una terrier parte samoyedo hizo historia cuando la “bola de pelo” se convirtió en el primer animal enviado al espacio, montado en órbita a bordo de la nave espacial Sputnik II. Originalmente llamada Kudryavka (o “Little Curly” en Inglés) y más tarde llamada Laika (Barker), la perra de 13 libras (6 kg) fue enclavada en una cabina presurizada durante el viaje de ida –ya que la tecnología para regresarla segura a la Tierra no existía en el momento–, Laika fue provista con un tanque de oxigeno de 10 días.
Sin embargo, es probable que la cachorra sólo haya sobrevivido un día o dos, según la NASA. La misión dio a los científicos los primeros datos sobre el comportamiento animal en el espacio; aparentemente Laika mostró signos de agitación, aun después de comer.
3. Nuestros primos: El primer chimpancé que obtuvo sus “rayas espaciales” fue Ham y llegó a la sub-órbita a bordo del cohete Mercurio Redstone, alcanzando una altitud de 157 millas (243 kilómetros), el 31 de enero de 1961. Durante su vuelo de 16.5 minutos, Ham experimento 6.6 minutos de ingravidez antes de acuatizar en el Océano Atlántico. El chimpancé mostró signos de fatiga y deshidratación, aunque los examinadores médicos le dieron una buena expectativa de vida.
Ham, que es acrónimo de Hollomans’Aero-Medical (la base de la fuerza aérea de donde vino) pasó la siguiente década en exhibición en el zoológico de Washington, antes de ser trasladado en 1980 al Parque Zoológico de Carolina del Norte. Ham murió el 17 de enero de 1983. El Instituto de Patología de las Fuerzas Armadas de EEUU se quedó con el esqueleto del chimpancé para someterlo a nuevos estudios y en la actualidad, sus huesos forman parte de la colección del Museo Nacional de la Salud y Medicina, en Washington DC. Los demás restos mortales de Ham se encuentran en el Paseo Espacial Internacional de la Fama, en Almagordo (Nuevo México, EEUU).
El 29 de noviembre de 1961, Enos se convirtió en el primer chimpancé en alcanzar la órbita de la Tierra, rodeando el planeta dos veces a bordo de un cohete Atlas Mercurio. Enos murió en la Base Aérea Holloman debido a disentería, 11 meses más tarde.
4. Puro mono: En 1958, la Armada entrenó un mono ardilla llamado Gordo para viajar en un misil balístico de alcance intermedio. Desafortunadamente, cuando el paracaídas unido al cono de la nariz no se desplegó, Gordo se perdió. Más tarde, los científicos analizaron los datos de los sensores del mono y encontraron que había sobrevivido al lanzamiento, a varios minutos de gravedad cero y a una velocidad de 10,000 millas por hora (16,093 kilómetros por hora) de regreso a la Tierra. El cono y el pobre Gordo, se hundieron en Cabo Cañaveral, Florida.
Sam, fue un mono Rhesus, que voló en el destructor de la marina Little Joe-2 y se recuperó de forma segura después de que él viviera tres minutos de ingravidez durante el vuelo. Los animales se utilizaron durante los vuelos de prueba para el Proyecto Mercury para ayudar a determinar los efectos de los vuelos espaciales y la ingravidez en los seres humanos.
5. Sobrevivientes del espacio: Able y Baker fueron los primeros monos en regresar del espacio con vida. En 1959, el macaco Able y el mono ardilla Baker volaron en la nariz del cono de un misil balístico de alcance intermedio. Estaban ingrávidos y alcanzaron una velocidad máxima de alrededor de 10,000 millas por hora (16,093 kilómetros por hora).
Mientras ellos lo hicieron de nuevo con buen ánimo, Able murió cuatro días después durante la cirugía para quitar un electrodo infectado. Baker pasó el restos de sus días en el Space and Rocket Center de Hutsville, Alabama (EEUU), falleció en 1984.
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6. Gatos cadetes: En 1963, el programa espacial francés planeaba lanzar al espacio a Félix,el gato. Pero el astuto gato escapo y tuvieron que enviar a una gatita llamada Felicette, según algunos reportes. Electrodos en el cuerpo de la gata transmitieron datos a la Tierra antes de que volviera con éxito. Otro vuelo felino se intento el 24 de octubre de ese año, pero falló y el gato no se recuperó.
7. Arañas del espacio: La carga útil de animales se diversificó después del aterrizaje del Apolo 11 a fin de incluir tortugas, conejos, arañas, peces, medusas, algas, amebas e insectos. El 28 de julio de 1973, en los últimos vuelos de Apolo, Skylab 3 albergaba algunos bichos: Anita y Arabella, dos arañas transversales comunes, que estaban siendo monitoreadas para ver cómo hilaban telarañas en el espacio. Las arañas estuvieron en exhibición en el Museo Nacional de Aire y el Espacio del Smithsonian.
En 2011, dos arañas Nephila (orbe De Oro) –apodadas Gladys y Esmeralda–, se lanzaron a bordo del transbordador espacial Endeavor a la Estación Espacial Internacional, donde los astronautas observaron su comportamiento en microgravedad.
8. Ranas voladoras: En 1959, Estados Unidos envió un lanzamiento de un misil con dos ranas, pero por desgracia esas ranas fueron destruidas en el espacio. En 1970, la NASA envió una rana toro (Rana catebeiana) al espacio en el satélite en órbita Otolitos para entender cómo las rana tratan con el mareo. (Otolitos se refiere a las estructuras del oído interno de algunos organismos que perciben la gravedad y el movimiento).
9. Gusanos: Las arañas no son las únicas creaturas espeluznantes que han ido al espacio. En 2006, los científicos llevaron 4,000 nematodos, o gusanos, a bordo de la Estación Espacial Internacional para ver cómo la microgravedad afecta sus cuerpos flexibles. Los gusanos parecían tomar bien la ingravidez: huevos de neumotodos se convirtieron en adultos hechos y derechos, y los adultos a su vez tuvieron descendencia. En total, 12 generaciones de gusanos se han reproducido en el espacio.
10. El Mono de Irán: El 28 de enero de 2013, funcionarios espaciales iraníes anunciaron que habían lanzado con éxito un mono vivo al espacio, con ello Irán está cada vez más cerca de mandar una misión tripulada al espacio. Después de un vuelo suborbital, la cápsula espacial Pishgam (que significa “pionero”) devolvió al mono con vida.
En 2011, los esfuerzos para lanzar un mono rhesus vivo al espacio en un cohete Kavoshgar-5 fallaron, aunque lo que realmente sucedió no salió en las noticias del país.