Extraña fue la reacción del dueño de un local ubicado en Heyuan, al sur de China. Resulta que el hombre capturó a un ratón que se estaba comiendo la mercadería, por lo que decidió torturarlo.
Su forma de hacerlo fue atarlo de las extremidades y colgarle dos carteles… como si el roedor pudiera leer y sentir vergüenza de su «actuar».
En una de las notas, el hombre escribió «Soy capaz de hacer mucho. Incluso si me golpearas hasta matarme, nunca admitiré que robé tu arroz».
Y en la otra dice «Prometo que no lo haré de nuevo».
No se sabe si el dueño de este local mató al ratón, lo torturó por más tiempo o sólo quiso ‘darle una lección’ y dejarlo ir…