Bien sabemos que los perros son los mejores amigos del hombre, pero esta pequeña historia que compartimos hoy contigo, demuestra que definitivamente no hay amor ni fidelidad más grande que la de estos animales. Desde que su dueño falleció, esta perrita se había trasladado a vivir en su tumba… literalmente. Allí, se la pasaba acostada todo el día y le llevaban croquetas. Al principio parecía devastada por la pérdida de su humano, pero con el tiempo, los vecinos descubrieron algo más que los iba a llenar de alegría. ¡Ni te puedes imaginar de lo que se trataba!
Todos creían que este perro lloraba la muerte de su amo. ¿La verdad? Es impensable
Bien sabemos que los perros son los mejores amigos del hombre, pero esta pequeña historia que compartimos hoy contigo, demuestra que definitivamente no hay amor ni fidelidad más grande que la de estos animales
