Al fin sabrás porqué los cachorros más tiernos te hacen sentir un poco violento

Tengo una amiga que cada vez que veía un bebé luchaba contra el impulso de querer apretarlo y morderle los pies… sobre todo si tenía las piernas rellenitas

Al fin sabrás porqué los cachorros más tiernos te hacen sentir un poco violento

Autor: Carlos Montes

Tengo una amiga que cada vez que veía un bebé luchaba contra el impulso de querer apretarlo y morderle los pies… sobre todo si tenía las piernas rellenitas. ¿Loco no? La verdad es que yo nunca lo entendí, pero resulta que hay una explicación científica a ese extraño sentimiento. Y lo cierto es que todos hemos sentido algo parecido. Es cosa de vernos cada vez que nos encontramos de frente con un adorable gatito o cachorro, o cualquier animal en su versión de bebé. Apretas los puños, los dientes y quieres abrazarlo tan fuerte como puedas. 

Ahora gracias a un reciente estudio publicado en Psychological Science sabemos exactamente por qué reaccionamos así. Resulta que cuando vemos o pensamos en algo insoportablemente tierno como, digamos… un pequeño boxer aprendiendo a aullar, experimentamos una especie de tsunami de positivismo y una arrolladora sensación de felicidad. Es entonces cuando vienen esos extraños impulsos violentos. Pero ¿por qué?

Simple. Tu cerebro no puede lidiar con ello.

A estas reacciones se las llama “agresión tierna” y aglomera a una serie de paradójicas reacciones de emociones positivas y negativas que van desde una risa nerviosa hasta lágrimas de alegría, conocidas como expresiones dimorfas. Y básicamente lo que esto significa, es que tu cerebro está intentando contrarrestar esos sentimientos tan positivos con un toque de negatividad o emociones negativas. 

¡Básicamente tu cerebro boicotea esa incontrolable felicidad! Por decirlo en otras palabras.

Para llegar a estas conclusiones los investigadores de la Universidad de Yale realizaron un experimento en donde se les pidió a 109 participantes que sostuvieran pedazos de plástico de burbujas mientras veían imágenes de animales tiernos, graciosos o con expresiones neutrales. ¿El resultado? Los participantes se volvieron locos apretando burbujas cuando veían las imágenes de animales tiernos.

En este programa intentaron recrearlo…

Según los autores del estudio, estas reacciones negativas son una respuesta del cerebro para “contener el estado de bienestar inmediato de la persona“. Cualquier pico emocional requiere de mucha energía, así que nuestros cerebros intentan regularlo produciendo sus propias respuestas emocionales.  Así que ya lo sabes, cada vez que quieres morder a un bebé o apretar a un cachorro, es tu cerebro intentando evitar que explotes de emoción descontrolada. 

Vía: http://www.upsocl.com


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