A causa de los incendios forestales, enfermedades y tala de árboles que azotan Australia las poblaciones de koalas disminuyeron dramáticamente.
Por ello el Gobierno de ese país decidió incluir a estos animales que habitan en su costa oriental en la lista de especies en extinción, ya que en esa región sus poblaciones disminuyeron también por la sequía y atropellos de vehículos.
La ministra de Medio Ambiente australiana, Sussan Ley, dijo que designaron a estos animales como «amenazados» para ofrecerles un mayor nivel de protección en los estados de Nueva Gales del Sur, Queensland y Territorio de la Capital Australiana.
«Estamos tomando acciones sin precedentes para proteger al koala», añadió, recordando la reciente promesa del Gobierno de destinar 36 millones de dólares a su preservación.
Las organizaciones de conservación venían alertando sobre la gran caída en el número de marsupiales en gran parte del este de Australia en las últimas dos décadas y advirtieron sobre su posible extinción, informó AFP.
El koala, un símbolo reconocido internacionalmente de la fauna única de Australia, ya había sido considerado como «vulnerable» en la costa este hace una década.
«Los koalas han pasado de no estar en las listas a aparecer como vulnerables a estar amenazados en una década. Es un rápido declive impactante», dijo el científico de World Wildlife Fund Australia, Stuart Blanch.
Y añadió: «La decisión de hoy es bienvenida pero no impedirá que los koalas vayan cayendo hacia la extinción a no ser que esté acompañada de leyes más fuertes e incentivos para proteger los bosques».
Los conservacionistas aseguran que es difícil cifrar las poblaciones de koalas en esa zona, pero un grupo independiente que asesora al gobierno indicó que los ejemplares cayeron de 185.000 a 92.000 entre 2001 y 2021.
Además del devastador incendio que asoló Australia entre finales de 2019 y principios de 2020, Josey Sharrad, directivo del Fondo Internacional para el Bienestar Alemán, cita como causas de este declive la tala de bosques, la sequía, las enfermedades, los atropellos de coches y los ataques de perros.
«Nunca deberíamos haber dejado que las cosas llegaran al punto de estar en riesgo de perder un icono nacional», dijo Sharrad.
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