Tener una mascota es muy reconfortante, pero poder comunicarse con ella ya es perfecto, porque de este modo se puede establecer una comunicación que permite aunque sea a través de órdenes sencillas o con el lenguaje corporal establecer un contacto. La comunicación perro-humano y humano-perro existe y solo hay que saber cómo hacerlo para que funcione. Se puede dirigir al perro de forma más estricta, pero la comunicación hará que además de que te obedezca, se establezca una buena comunicación entre ambos. Por eso queremos orientarte a cómo comunicarme con mi perro.
Primero debes tener en cuenta su educación para que tu perro te obedezca. Esto debes tenerlo en cuenta desde que son cachorros y así poder corregir sus conductas inadecuadas, algo que cuando es adulto cuesta más poder llevar a cabo, aunque no es imposible.
Observa a tu perro. No hay mejor manera de aprender algo que observando. De este modo podrás aprender sus hábitos, sus gestos y movimientos más frecuentes. A la vez, empezarás a comprender casi sin darte cuenta su comportamiento de forma natural.
Empieza a entender el contacto visual que tienes con tu perro. Seguro que entiendes en las personas el lenguaje visual, cuando una persona te mira mucho o te quiere decir algo con la mirada. Incluso puedes sentir amenaza cuando alguien te mira muy fijamente. Con tu perro es muy parecido, cuando se les mira muy fijamente se pueden sentir confundidos y sentir esa mirada como una amenaza. Normalmente el perro desviará su mirada para evitar una situación de confrontación.
La postura que adopte tu perro también será importante en cuanto a vuestra comunicación. Muchas de ellas serán sutiles y quizá te tome un tiempo identificarlas, pero una vez que lo entiendas, verás cómo vale la pena. Veamos algunas de ellas:
Confianza: mantendrá su cuerpo en alto con su cola hacia arriba. Se notará tranquilo y confiado.
Reverencia: con esta postura agachada con el culo levantado, la cabeza agachada y las patas delanteras hacia adelante es una clara invitación al juego.
Balanceo de cadera: es una señal inequívoca de juego. Si balancea la cadera junto a tu cuerpo puede que sea una petición para que le rasques esa zona.
Rodar: si pone el vientre hacia arriba y rueda de lado a lado, es una muestra de respeto y confianza hacia la autoridad. También puede indicar que le rasques la barriga. También podría ser indicador de resistencia pasiva, para distraerte con el juego y que te centres en otra cosa.
Asustado: si se agacha, se encoge o se esconde está asustado o se siente inseguro. También puede poner su cola entre las patas.
Agresivo: si empieza a mover la cola enérgicamente manteniéndola hacia abajo y se queda rígido hacia adelante, se siente amenazado y está en posición agresiva.
Fíjate también en sus gestos, por ejemplo que levante la pata y te la ponga en la pierna para pedirte algo o cuando sacude la cabeza y los hombros en señal del fin de una actividad.
Su cola y sus orejas, igual que la cola y las orejas de los gatos, también nos dice mucho sobre su estado de ánimo. No siempre es felicidad. Para comunicarte con tu perro deberás tener estos aspectos también en cuenta.
Escucha a tu perro, sus ladridos, gruñidos o gemidos también te indicarán cosas importantes para comunicarse contigo. No es lo mismo un ladrido jugando que un gruñido cuando se siente amenazado.
También puedes comunicarte con tu perro mediante tus palabras. Con paciencia tu perro podrá aprender a asociar una señal o palabra con un comportamiento suyo y tu respuesta a este. Por ejemplo puede asociar “ven” con acercarse a ti, o “siéntate” para sentarse delante de ti y conseguir nuestra aprobación, o también “fuera” para no subirse a tu sofá. Así mismo también es capaz de aprender la palabra “no” como tu desaprobación.
Es importante que te comuniques con tu mascota, sobre todo para poder identificar señales de tu perro como estrés para evitar comportamientos agresivos.
Este proceso de aprendizaje, tanto tuyo como de tu perro, no se hace en dos días, ten paciencia y sé constante.
Fuente: uncomo.com