El entorno campestre en Europa está al borde del colapso, de acuerdo a lo que sugieren dos nuevos estudios publicados esta semana, que muestran cómo el número de aves en Francia ha caído alrededor de un tercio en los últimos 15 años. Los científicos han advertido que la biodiversidad europea enfrenta el olvido.
Realizados por el Centro Nacional de Investigación Científica, los informes muestran que la desaparición de estas aves de las tierras de cultivo está en «un nivel cercano a una catástrofe ecológica». Los números han disminuido un tercio en promedio, pero algunas especies ya están casi erradicadas. Los investigadores encontraron que ocho de cada 10 perdices se han ido, mientras que siete de cada 10 bisbitas han sufrido el mismo destino.
«La situación es catastrófica», dijo Benoit Fontaine, biólogo conservacionista del Museo Nacional de Historia Natural y coautor de uno de los estudios. «Nuestro campo está en proceso de convertirse en un verdadero desierto», agregó.
La gran disminución de las aves de granja registrada en Francia es coherente con el descubrimiento de que más de las tres cuartas partes de todos los insectos voladores de Alemania han desaparecido en solo 30 años. Se cree que el uso agresivo de pesticidas, particularmente neonicotinoides, es la causa detrás de esta grave pérdida. Los investigadores estiman que esto también se podrá observar en otros lugares del mundo.
Es lógico pensar que la situación de la fauna aviar en Francia no es una coincidencia: la disminución de los insectos ha tenido un efecto de arrastre predecible en las aves que viven en el paisaje agrícola y que luchan por encontrar suficiente comida para sobrevivir. «Apenas quedan insectos, ese es el problema número uno», dijo Vincent Bretagnolle, otro de los autores del estudio.
Esto se puede demostrar claramente al observar el contraste con especies como la paloma torcaz y el mirlo, que se desenvuelven bien en entornos urbanos. Las aves que viven en zonas rurales, en cambio, están disminuyendo, lo que apunta claramente a las nuevas prácticas de la agricultura a gran escala.
Durante años, los científicos han estado advirtiendo que es probable que esto ocurriera, pero la acción ha sido escasa. El 45% de Europa está cubierto de tierras de cultivo, esto es casi la mitad. El problema es de una magnitud que no puede ignorarse. La intensificación de la agricultura, junto con el aumento masivo en el uso de pesticidas en las últimas décadas, amenaza con crear una segunda ‘primavera silenciosa‘, un término acuñado por la ecologista Rachel Carson cuando describió una disminución similar en las aves durante la década de 1960.
A menos que se tomen medidas rápidas, más rápido desaparecerán especies, con consecuencias desastrosas para el medio ambiente.
El Ciudadano, vía IFLScience